Si la música es un lenguaje universal comprensible en cualquier parte del mundo, la electrónica de club es lo más parecido al esperanto que tenemos. La ausencia de instrumentos y ritmos folclóricos y su búsqueda de la vuelta a lo básico, ha provocado que personas de todo el globo se adhiera a una cultura global, desarraigada de las tradiciones locales. 

En la España previa a internet, la escena de la electrónica de baile estaba más determinada por la geografía (Las discotecas de la ruta del bacalao o las raves europeístas de Ibiza), pero la digitalización y la red ha permitido un mayor flujo y proyección de los productores y DJs patrios sin que haya fuga de cerebros. John Talabot y Pional, catalán y madrileño respectivamente, son dos de los artistas nacionales que han experimentado un alcance mundial, y gran culpa de ello lo tiene «fIN» (2012). El largo de Talabot muestra las posibilidades creativas del club, más aperturista; arriesgado a la vez que complaciente.

Define la década porque «So Will Be Now…» es punta de lanza de la electrónica nacional. Dos regiones enfrentadas especialmente estos 2010s, Cataluña y Madrid, muestran el entendimiento a través de ritmos universales y sensibilidad popular. Las voces manipuladas, tan de su tiempo, acompañan en bucle a los beats de house, dando calidez a la supuestamente fría electrónica. Baile globalista y sabor mediterráneo.