En los primeros años de la década, el dubstep puro había dejado de interesar. James Blake había tomado parte de su estructura para diseñar su neo-soul electrónico, Skrillex lo había mezclado con el edm más comercial y Mount Kimbie exploraba sus límites. Como no había consenso ni escena a la que atenerse, algunos intentaron aglutinarlos dentro de la etiqueta post-dubstep o bass music, pero no hubo demasiado éxito; los géneros musicales se desvanecían, un claro ejemplo de la modernidad líquida de la que hablaba Zygmunt Bauman.

SBTRKT, alias del productor inglés Aaron Jerome, editó su primer álbum, “Sbtrkt” (2011), en pleno desmembramiento del dubstep, post-dubstep y bass music. Sin embargo, su visión populista de la electrónica británica nos bajó a la tierra muchos de los conceptos que sobrevolaban en ese momento. “Wildfire” está construida sobre una estructura básica de ritmo y el típico wobble bass del dubstep; la canción, a pesar de usar estos materiales, conforma un tema absolutamente pop, R&B electrónico cantado por Little Dragon y que tiene una amabilidad no típica del género en el que se inspira.

Define la década porque “Wildfire” a pesar de no ser pionera (Britney Spears en “Freakshow” había usado el wobble bass en 2007) es uno de los mejores ejemplos del post-dubstep aplicado al pop. SBTRKT no se apoya en nada más que en el tembloroso bajo; es electropop desnudo, con un sonido vocal muy cuidado que se va creciendo con ecos y efectos. Drake, al escucharlo, quiso participar del tema y realizó un remix con su voz. Es una canción con un concepto que se ha ido implementado en la música popular de manera masiva, pero aquí estaba en pañales; puro, limpio y hasta ligeramente ingenuo.