En la intro de «Puerta de la Cânne» (2019) el escritor y activista Antonio Manuel recita: «Andalucía no es una arcadia a la que regresar sino un horizonte que perseguir. Yo no quiero volver a ser lo que fuimos, reivindico volver a ser lo que somos». La comunidad andaluza tiene en su ADN la asimilación de diferentes culturas: la cristiana, la musulmana, la judía, la gitana… Conservar sus tradiciones es precisamente mantener su aperturismo, aceptar su personalidad múltiple. Una personalidad contemporánea que abarca desde el catolicismo más piadoso a la rave más extasiada. 

Califato ¾ es un colectivo de productores de gusto por las raíces y la irreverencia, por la música andalusí y la electrónica underground. A S Curro, uno de los miembros de la congregación, se le ocurrió la idea de encerrarse en una casa, ponerse ciegos y hacer un disco. “Puerta de la Cânne” es fruto de tres días en el Alto Aljarafe en la que se mezclaron y remezclaron sintetizadores, samplers y sustancias espirituosas. En él combinan dos actitudes contrapuestas, el fervoroso respeto y el espíritu punk. “Folclore futurista” lo llaman; amor por el pasado pero con la mirada únicamente puesta en el mañana. En “Crîtto de lâ navahâ” las cornetas y los tambores de la procesión no pueden presagiar la tormenta de drum&bass que se le viene encima, con el reguetón como aliado intermediario. Un reflejo radical de la fiesta sevillana, de hostia sagrada bañada en ácido, de expiar la culpa a través del éxtasis. Dolor y gloria.

Define la década porque Califato ¾ son la nueva vanguardia punk; post-irónica, post-moderna, subjetiva, surrealista. Utiliza el pastiche para reivindicar su bipolaridad, esa que quiere destruir y reconstruir. El colectivo andaluz es una asociación de visionarios, que imaginan una Andalucía aún más colorida, más liberadora, menos anclada en su pasado. Lo hacen a golpe de 808s, derribando formalismos y abriendo nuevos caminos. “Crîtto de lâ navahâ” es uno de sus temas más extremos, y por tanto, más fascinantes; toman un acto solemne y profundo y lo reinterpretan, transformándolo, gracias a los ritmos catárticos de la música contemporánea, en renovada fuerza redentora.