31 Ago tUnE-yArDs – «Bizness» (2011)
El debut de Vampire Weekend en 2008 deslumbró y desconcertó a los periodistas musicales. No conseguían clasificarles en ninguna tendencia e intentaron inventarse una nueva. Afro-indie lo llamaron. Grupos como The Very Best encajaban en la etiqueta, pero fue algo efímero, que no terminó de calar como subgénero ni escena.
Merrill Garbus nació en Nueva York; fue titiritera en Vermont y ukelelista en Montreal. Ayudada de una simple grabadora de mano realizó su primer disco «Bird-Brains» (2009) bajo el nombre de Tune-Yards. Fue ahí cuando el prestigioso sello 4AD la llamó a filas y le posibilitó salir de su lo-fi extremo. La respuesta fue contundente, «Whokill» (2011) era una amalgama anárquica de sonidos y géneros, de gritos y susurros, de colores y sabores. En «Bizness» la voz de Garbus vale tanto para hacer la base de coros juguetones, como para lanzar aullidos. Pop experimental apoyado en un ritmo de batería inusual y muy orgánico al que se le va uniendo instrumentación hasta llegar a la tormenta afro-beat de viento metal.
Define la década porque «Whokill» fue uno de los álbumes más desconcertantes y deslumbrantes del indie de principios de los 2010s. La influencia de los ritmos y melodías africanas estaban ahí, pero ya no era momento de clasificarlo dentro del afro-indie porque Tune-Yards escapaba de cualquier etiqueta. Folk, Funk, Free-Jazz… Todo género cabía dentro del pop estridente y fascinante de Garbus. Música temeraria, caótica y audaz.
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