El pop hipnagógico fue un micro-género basado en la nostalgia, en recuerdos borrosos de la infancia, como proyectados en la pared. La música popular como líquido amniótico, un lugar donde estamos seguros y sin preocupaciones.

John Maus estudió música experimental en el Instituto de Artes de California; allí conoció a Ariel Pink y al verlo sobre un escenario su visión del pop cambió. Tras editar dos discos un tanto crípticos, llegó «We Must Become the Pitiless Censors of Ourselves» (2011) con el que alcanzaría una mayor repercusión y mejor acogida, a rebufo del «Before Today» (2010) de su compañero de escuela. En el proceso del álbum, Maus se propuso encontrar la canción de pop perfecta y acompañarla de tecnología analógica. Durante la creación se topó con «Hey Moon» (2009) de Molly Nilsson y decidió añadirla al repertorio. Lejos de realizar una versión propiamente dicha, Maus hace una especie de karaoke en el que canta por encima de la canción original e incorpora sus teclados de sonoridad nebulosa. Un dueto en diferido que nos reconforta y nos da paz con su ternura. Candor melódico al relente de la luna. 

Define la década porque, aunque él  reniegue, John Maus es uno de los pioneros del pop hipnagógico, que ambientó los inicios de los 2010s con una nostalgia brumosa. «Hey Moon» sin embargo, no sólo son sintetizadores retro, es sentirte acompañado por melodías inocentes; un canto de cuna reverberado que nos retrotrae a tiempos pretéritos que a lo mejor ni hemos vivido.