La arqueología data el primer instrumento musical, una flauta hecha con un hueso de buitre, de hace más de 40.000 años; es decir, antes de las herramientas de agricultura, ganadería y, por supuesto, de escritura. La música está con nosotros prácticamente desde que el ser humano es ser humano, con voces y ritmos hechos con el cuerpo y más tarde utilizando elementos de la fauna y la flora. Acompañando rituales de apareamiento, en el trabajo colectivo o algo más infantil: para entretenerse y divertirse con la experimentación.

El modus operandi de Za! es afrontar su obra como si estuviesen descubriendo la música y el sonido por primera vez. El dúo afincado en Barcelona compuesto por Papa DuPau (Pau Rodríguez) y Spazzfrica Ehd (Edi Pou) hacen tabula rasa de conocimiento, aunque en el subconsciente esté toda la historia de la música popular y tribal, desde Ornette Coleman a Animal Collective pasando por King Crimson o Battles. A algo así suena «PachaMadreTierraWah!» de su segundo disco «Megaflow» (2011). Desde la psicología positiva, El flow es un “estado en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para su propio placer y disfrute». Pues eso, megadisfrute sonoro para el eterno brillo de la mente inmaculada.

Define la década porque Za! ha sido uno de los grupos nacionales más insólitos y fascinantes de los 2010s. Sus directos son bacanales sonoras de electricidad y cables, música animal primitiva y al mismo tiempo avanzada y literalmente experimental. La música independiente nacional, tan deudora a veces del pop rock anglosajón, vio en Za! un salto hacia la psicodelia salvaje, hacia el libérrimo albedrío. Un soplo de aire fresco a la escena en forma de tifón en trance.