¿Cómo afronta el músico clásico el mundo hiper-tecnológico en el que vivimos? Siglos de tradición se enfrentan a una maraña de chips que permiten crear infinidad de sonidos y arpegios a golpe de click. ¿Es una batalla perdida?¿Hasta qué punto es compatible el lenguaje puramente analógico con el digital? Pues efectivamente, estamos en el siglo XXI, no tiene sentido hacerse ya estas preguntas.

Ryan Lott comenzó a estudiar piano clásico a los seis años; más tarde vino la guitarra y después la batería; todo eso podría llevar a una trayectoria convencional en orquestas, eventos o academias, pero Lott tomó el camino del rock experimental, la electrónica y la producción de bases de hip-hop. Todo eso es Son Lux, un compendio de talento clásico e instrumentación digital aplicado al pop moderno. Su canción «Lost It To Trying» de su tercer disco «Lanterns» (2013) maximiza todas sus capacidades; los vientos metal se mezclan con sintetizadores como si hubieran convivido desde el Génesis, coros grandilocuentes, electrónica aplicada; una sinfonía pop tan compleja como brillante.

Define la década porque canciones como «Lost It To Trying» muestran la cada vez mejor hibridación de clasicismo y vanguardia en la música popular. Instrumentos acústicos son manipulados y ensamblados en texturas digitales, así como las voces, los ritmos… Un festival de flautas, saxofones y 808s que muestran la versatilidad de un autor ambicioso y curioso, al que la tecnología le ha permitido expandir su sonido hasta el infinito y más allá.