Seguramente el nombre de Jeff Bhasker no le suene a mucha gente, pero en 2011 el productor oriundo de Kansas estaba trabajando con Beyoncé, Kanye West, Alicia Keys y Jay-Z. Nate Ruess, el cantante de una modesta banda de indie llamada Fun insistió a Bashker en tener una reunión, y tras dos negativas este decidió darle 10 minutos. Ruess le habló de sus ideas sobre intentar fusionar el pop-rock con el hip-hop, por lo que Bashker le subió a su habitación a probar unas bases. No sabemos exactamente lo que pasó en la habitación, pero al día siguiente alquilaron un estudio y grabaron «We Are Young» (2011).

Seguramente el nombre de Jack Antonoff no le suene a mucha gente, pero el por aquel entonces guitarrista de Fun, se convertiría años después en el productor y co-escritor de Taylor Swift, Lorde o Lana del Rey. Cuando Antonoff escuchó la producción de «We Are Young» fue una especie de revelación. La batería marcial y el limpio piano te preparan para un estribillo gigante, con un gran sintetizador a ritmo de hip-hop y unas frases inequívocamente vitalistas: «Esta noche somos jóvenes, así que vamos a quemar el mundo. Podemos brillar más que el Sol». 

Define la década porque «We Are Young» fue todo un himno de grandilocuencia pop, como si Kanye West se llevará de banda de acompañamiento a Queen. En este éxito global coincidieron dos productores que han sido esenciales para confeccionar el sonido de su época, Bashker en la primera mitad de 2010s y Antonoff en la segunda. Pocas veces el indie y el hip-hop habían maridado tan bien como en este hit que ganó el Grammy a mejor canción del año. El nombre de la banda y la canción lo dejan claro: Diversión y juventud. Para qué queremos más.