La Estrella de David – «Aceite» (2018)
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La Estrella de David – «Aceite» (2018)

Tres bolsas de basura saca David. Tres. Se le habrán acumulado, pero nunca es tarde si se trata de sacar la mierda fuera. Tampoco está de más, ya que la sacas, ir en chaqueta y camisa. Se puede ser elegantemente vulgar y salir a la calle alegremente triste. También puedes conseguir la consagración de manera discreta. 

 

David Rodríguez lleva siendo un secundario de lujo desde que el indie es indie. Beef y Bach is Dead fueron grupos de culto, y los entendidos saben que está detrás de algunos de los mejores sonidos de La Bien Querida y Los Punsetes. Su trayectoria como cantautor pop no ha destacado por su éxito masivo, si entendemos el éxito como atención mediática. Y es que lo suyo se balancea entre la introversión y la aceptación: «Empecé a componer para entenderme a mí mismo, para explicar cómo soy al mundo. Luego no consigo ninguna de las dos cosas. Si lo sigo haciendo es para que me hagan ‘casito’, que es una aspiración» decía el de Sant Feliú de Llobregat a Vozpópuli. Su costumbrismo emocional de cuidada producción tiene momentos brillantes pero un punto bajonero y un sabor amargo que no casan con la gloria y la fama. En «Aceite», su tema más rumboso y sandunguero, comienza con un bajo torpe y un bombo perezoso, para luego ir creciendo en instrumentación y júbilo. Pero aún así, no se salva de ser un gozo agridulce: «Iba a ser todo tan bonito, iba a estar tan bien».

 

Define la década porque La Estrella de David ejemplifica los claroscuros de un músico en su edad madura. El talento y la experiencia le permiten jugar con los géneros y los instrumentos con asombrosa soltura. En «Consagración» (2018) vemos a un artista bendecido con el don de la palabra y la melodía pero condenado a mostrar sus miserias y fantasías. Pop de autor descarnado, cínico, pachorra y genial.

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