Hace casi 100 años se estrenaba «Los cuatro jinetes del apocalipsis» (1921), una película basada en la novela de Vicente Blasco Ibáñez en la que Rodolfo Valentino interpretaba a Julio, un playboy argentino. Nacía entonces el primer sex-symbol del cine y también el primer latin lover. 

«Yo estoy montado en un papel, que podría ser llamado latin lover. Pero tras las bambalinas soy lo contrario». Así reconocía Juan Luis Londoño Arias a El País sus diferencias con su alter ego, Maluma. Pero el estereotipo de amante latino ha cambiado, lo que antes era un fogoso y romántico seductor, ahora parece ser un libertino defensor del amor libre. O al menos eso ocurre en el tema más celebrado del de Medellín; en «Felices los 4» (2017) no hay pasionales promesas ni tampoco sufre de celos, el playboy es transparente: tú puedes irte con quien quieras que yo haré lo propio, «si somos ajenos y así nos queremos». La canción se volvió un hit viral por su reguetón infeccioso que supo encontrar los felices 4 acordes, las notas adecuadas y dar en la tecla del divertimento sensual.

Define la década porque Maluma se ha convertido en una superestrella internacional, un nuevo latin lover que seduce con los ritmos del siglo XXI: el reguetón y ocasionalmente el trap. Londoño ha importado la música urbana de Puerto Rico y le ha dado un matiz más meloso, elevando Colombia a potencia mundial ayudado por Shakira y J. Balvin. «Felices los 4» es pegadiza y pegajosa, con ese bum bum que nos quema que la hace irresistible al baile, al jolgorio y la jarana.