21 Dic Forest Swords – «Rattling Cage» (2010)
La música electrónica nació y creció como algo sintético, con un sonido diferenciado de cualquier instrumento acústico. Esto se exploró y explotó sobre todo en los 80 y 90, cuando se desarrollaron la mayoría de géneros electrónicos y se apostó por texturas futuristas, como nunca nadie había sonado; pero en el siglo XXI, muchos artistas empezaron a rebobinar y ver la electrónica como una forma de expandir el sonido orgánico.
Al inicio de «Rattling Cage» (2010) se puede escuchar una suerte de viento que da paso a un vetusto instrumento de percusión de metal, que parece escondido en una cueva. El paisaje de Wirral / Merseyside es parte del sonido del nativo Matt Barnes, más conocido como Forest Swords. El también diseñador gráfico comenzó en la música desde el hip-hop y la electrónica, pero con una apertura hacia el R&B o el dream pop. Este mejunje se puede catar en sus primeros trabajos, como en «Rattling Cage», una pieza de naturaleza incierta en la que uno pierde el sentido de la orientación; no sabe si está viajando al futuro o al pasado, si flotando o en arenas movedizas. Un páramo tan realista como irreal en el que existen guitarras eléctricas, voces ancestrales y beats de rap.
Define la década porque los primeros trabajos de Forest Swords son la muestra de que los 2010s se abrían a terrenos líquidos y vaporosos. No hay géneros sólidos, no hay paleta de color que no puedas escoger ni instrumentos que no puedes manipular. La electrónica ya no era algo puramente digital sino que era también algo físico. Los exploradores como Barnes no se llevaron las medallas, pero dejaron el pantano más limpio para que los siguientes puedan navegar con menor dificultad.
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