En los últimos años, décadas, la tecnología ha avanzado a una velocidad que es difícil de alcanzar. Los seres humanos hacemos lo posible por adaptarnos a un mundo cada vez más diferente de nuestro medio natural, pero seguimos compartiendo el 99% de la secuencia de ADN de los chimpancés. Estamos perdidos, tenemos miedo, ganas de copular, de pertenecer a una comunidad que nos proteja, de proteger a nuestra comunidad, comer, dormir, bailar; sentir más y pensar menos. 

Mientras Dan Snaith se sacaba su doctorado en matemáticas, paralelamente hibridaba lo sintético con lo orgánico en su proyecto musical Manitoba. Su visión de la psicodelia británica con elementos electrónicos llamó la atención de críticos y melómanos, pero fue con «Swim» (2010), ya como Caribou, que alcanzó un reconocimiento mayor. Su amor por la música de club le hizo en los siguientes años publicar dance como Daphni. Con todos estos antecedentes y una estrenada paternidad llegaba «Our Love» (2014). «El impulso principal de este disco fue hacer algo que fuera generoso en el sentido de que fuera para todos, no solo para mí encerrado en un estudio solo». El álbum se abre con «Can’t do without you», una tímida y repetitiva canción de amor que progresivamente se va convirtiendo en una rave sentimental, un subidón de serotonina a base de sintetizadores enmarañados y ritmos analógicos.

Define la década porque «Can’t do without you» encarna la convivencia ideal del individuo con la tecnología. Caribou humaniza las frecuencias de sus sintetizadores electrónicos para regalarnos un crescendo de sensaciones, aparatos punteros a disposición de necesidades primarias, la de bailar y olvidarse de todo, la de sentirse en comunidad, la de amar y ser amado. Snaith canta en una producción gigante con una voz endeble, recordando nuestro gran potencial como especie pero también nuestra inevitable fragilidad.