¿Qué significa la Ciudad de la Cultura para Galicia?
A lo largo de los siglos, Galicia ha sido capaz de desarrollar una cultura propia, de la que nos sentimos todos muy orgullosos. Una cultura plural, abierta y con un potencial ilimitado que deseamos ampliar, proyectar y difundir a todos los rincones. A su vez, de forma complementaria, queremos incrementar el intercambio y la cooperación entre nuestra cultura, las de Latinoamérica, Europa y, por supuesto, el resto del mundo. En definitiva, queremos comunicar nuestra cultura y comunicarnos a través de ella. Para ayudarnos a cumplir estos objetivos nace la Ciudad de la Cultura.
¿Qué aporta la obra de Peter Eisenman?
Al margen de la relevancia cultural del proyecto, el complejo que ha diseñado Peter Eisenman sobre el monte Gaiás es una colosal obra arquitectónica destinada a convertirse en uno de los iconos del siglo que estamos comenzando. Eisenmann ha conseguido aportar una coherencia arquitectónica y una capacidad innovadora que convierte a este centro en un referente obligado para cualquier amante de la arquitectura. Es su obra cumbre y, por lo tanto, se puede decir que es también una de las obras cumbre de la arquitectura actual. Nos encontramos ante un nuevo y fascinante templo del conocimiento y el saber abierto al mundo desde Galicia.
¿En qué momento se encuentra el proyecto?
Dos edificios más están a punto de entrar en funcionamiento: el Museo de Galicia y el edificio de servicios centrales. El Museo es una obra arquitectónica maravillosa que estará lista aproximadamente este verano. Lo mantendremos abierto al público sin contenido durante unos meses para que pueda apreciar la obra y después, a mediados de 2012, comenzaremos con su programación de exposiciones.
«El Museo de Galicia es una obra arquitectónica maravillosa que estará lista aproximadamente este verano» |
¿Cómo ha acogido el público gallego esta obra gigantesca?
El balance, pese a todas las críticas y la polémica generada durante los últimos años, es muy, muy positivo. Desde el día después de la inauguración de los dos primeros edificios, el recinto ha sido de libre acceso y la cifra de visitantes registrada hasta ahora, en las tres primeras semanas, son muy elocuentes. Más de 35.000 personas se han acercado a comprobar in situ la magnitud de la obra y disfrutar de las instalaciones de esta Ciudad que es también espacio público, distrito cultural y, sobre todo, un lugar de encuentro. Por lo tanto, pienso que objetivo que me fijé para 2011, 100.000 visitantes, se me ha quedado muy corto, sobre todo si tenemos en cuenta lo que significa el verano en Galicia en cuanto a la afluencia de turistas. En resumen, el público ha respondido muy bien y hay expectación para ver cómo continúa el proyecto y ese es mi trabajo. Garantizar que ese número de visitantes crezca no sólo para ver los edificios sino también para disfrutar de sus contenidos. Ese es nuestro principal reto.
Este proyecto ha sufrido desde su nacimiento críticas muy duras. ¿Continúa la polémica?
Se ha suavizado porque la respuesta del público contradice cualquier polémica, pero continúa. Tengo que reconocer que sigue habiendo un debate en torno a la proporción. Yo defiendo que la proporción es algo que se irá adquiriendo con el tiempo. La construcción de un proyecto de estas características es como la de un nuevo aeropuerto. No hay que pensar en el número de pasajeros que tenemos hoy, sino en el que tendremos dentro de 20 años. Por tanto, la Cidade no nace para estar hoy en su momento más álgido, sino que es de desear que dentro de unos años atraiga a muchísimas más personas. Poco a poco, a medida que se vayan abriendo nuevos edificios, los ciudadanos se irán interesando más por visitarla. Es verdad que ahora lo que hay abierto es una Biblioteca y un Archivo, pero confío en que cuando se inaugure el Museo de Galicia, un espacio de 17.000 metros cuadrados concebido para grandes exposiciones, las visitas crezcan mucho más.
Pero también se critican los contenidos. ¿Qué piensa de esas críticas?
No comparto la crítica sobre los contenidos, que vienen definidos por la propia Ciudad de la Cultura. El contenido de una biblioteca está claro cual es y también el de un archivo y un museo. Hay uno de los edificios, el sexto, que fue concebido originalmente como centro de nuevas tecnologías y, después, como centro de arte internacional que, como no está construido, sí que se puede replantear y desde luego vamos a trabajar mucho en ello. En cuanto a la construcción del otro gran edificio, el Teatro de la Ópera [Centro de la Música y las Artes Escénicas], se ha pospuesto tres años por razones presupuestarias. Por lo tanto, pienso que la idea está bastante perfilada.
¿Es muy complejo el proceso de poner en marcha un proyecto de esta envergadura?
Es extraordinariamente complejo y más aún porque nos ha tocado la mala fortuna de que en estos momentos las restricciones presupuestarias son muy importantes. Tenemos que actuar con muchísima cautela y siempre pensando en cuales son las posibilidades reales que tenemos. Por eso hemos pospuesto la construcción del Teatro de la Ópera, porque creemos que en este momento no podemos asumir un edificio de más de 125 millones de euros, pero lo que ya está hecho… No podemos volver atrás. Sería insensato tanto parar la obra, porque sería un fracaso colectivo, como replantearla completamente, porque no sólo sería un fracaso sino extraordinariamente caro. Por lo tanto tenemos que combinar esas dos cosas. La racionalización de trabajar en un momento en el que hay poco dinero y, al mismo tiempo, respetar lo que ya está hecho, asumirlo y, sobre todo, quererlo, porque creo que probablemente el principal problema de la Cidade, y que seguramente explique gran parte de la polémica, es que los ciudadanos no participaron lo suficiente en el debate en torno a su construcción. Lo que sí he podido observar es que muchos de los que no estaban de acuerdo con sus construcción cuando la visitan cambian radicalmente de opinión.
¿Qué prioridades se marca en estos momentos en cuanto a la difusión de este proyecto?
Lo primero, y más importante, es que los gallegos lo conozcan. Después, nos volcaremos en atraer a visitantes de fuera. Pero en estos momentos lo prioritario para mí es que los gallegos la visiten y puedan opinar después de conocerla.
«Sería insensato tanto parar la obra, porque sería un fracaso colectivo, como replantearla completamente, porque no sólo sería un fracaso sino muy caro» |
¿Y en cuanto a Latinoamérica?
Hemos de volcarnos en los lugares a los que se dirigió tradicionalmente la emigración gallega, que abrió muchos caminos hacia América: Argentina, Brasil, México, EE.UU., por supuesto que también al resto, pero especialmente esos países. Tenga usted en cuenta que la mayor ciudad de Galicia sigue siendo Buenos Aires y que su cementerio más grande es el de La Habana.
Hablando ya de temas más generales, ¿qué objetivos se plantea su Consejería para este año tan complicado económicamente?
Una vez que hemos superado el Xacobeo con muchísimo éxito, ahora lo que tenemos que hacer es, con lo poco que tenemos, más. Este año contamos con dos grandes valores: la apertura de la Ciudad de la Cultura y el VIII Centenario de la Catedral de Santiago. Pienso que el paralelismo entre estos dos iconos tiene que centralizar nuestra política turística y cultural, pero, evidentemente, tenemos también que continuar apoyando a los sectores culturales de Galicia. Se trata de mantener el equilibrio entre la enorme oferta cultural que tiene Galicia y, al mismo tiempo, ofrecerla con el mayor rigor y eficacia posible y con un presupuesto recortado al 30%.
La Cidade da Cultura en cifras
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