Entre 2005 y 2008 fue subdirectora de Conservación, Investigación y Difusión del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Además, ha sido comisaria de varias exposiciones de contemporáneo y autora de numerosos artículos y ensayos publicados en medios especializados.
¿Cómo han funcionado las subastas en los últimos años?
-En general, el mercado de arte ha ido muy bien. Se han superado récords, consolidado precios -sobre todo de los artistas más decantados- y, en el caso concreto del contemporáneo, se ha convertido en la “niña bonita” del mercado, en un ámbito de inversión bastante seguro. En el momento en que una obra adquiere un precio en el mercado es rarísimo que se devalúe a medio o largo plazo.
¿Goza, por tanto, de buena salud el arte contemporáneo?
¿Que si goza de buena salud? Por supuesto. De una salud muy buena…¡si es el que más cotiza! Es cierto que este fenómeno es relativamente reciente. En los 90 el mercado más fuerte era el de impresionista y moderno, pero a partir de 2000 el arte contemporáneo ha ido poco a poco, pero sin pausa, ganando terreno. Hay más oferta -muchos artistas siguen en activo-, más obras en el mercado y los precios son más asequibles con lo que pueden llegar a un público más amplio.
¿Ha cambiado el cliente?
-Más que cambiar se ha ampliado. El cliente clásico, coleccionista de arte del siglo XX, sigue existiendo y sigue invirtiendo. Es un cliente muy fuerte, muy leal y muy fiable. Lo que sí es cierto es que el desarrollo económico de los últimos años ha hecho que florezcan nuevos mercados, por ejemplo en Rusia, Japón, China, Corea u Oriente Próximo. Estos nuevos mercados implican muchos nuevos compradores que también tienen sus preferencias o parten totalmente de cero, con lo que son más permeables al arte contemporáneo, que además cuenta, como ya dije antes, con más oferta.
También es verdad que reclaman otro tipo de arte que hasta ahora no existía en las casas de subastas. Se ha creado un camino de ida y vuelta. Los coleccionistas asiáticos, por ejemplo, buscan invertir por un lado en contemporáneo occidental pero también en asiático. Por ello, lo que se está haciendo es incorporar a las subastas obras asiáticas, rusas o de oriente, lo que permite que poco a poco se incorpore arte local a las subastas internacionales.
La aparición de nuevos clientes con muchos recursos ha influido en los récords que se han ido sucediendo en los precios de las obras, ¿no es así?
-Así es. Eso influye. Se han incorporado al mercado nuevos clientes de esos países emergentes, lo que también ha contribuido a la escalada de récords. Hace aproximadamente un año, y en un período muy corto, comenzó una escalada estratosférica. Koons, Freud, de nuevo Koons…
¿Qué tal se cotizan los artistas españoles?
-Hay artistas que se cotizan muy bien dentro de España y otros fuera. En este segundo caso triunfan los clásicos, Tapies, Chillida, Barceló, además de Picasso y Juan Gris, Valdés, Clavé… Son artistas que están presentes tanto en las subastas de Christie´s de Londres como en las de Nueva York. Un buen ejemplo es Valdés, que batió su récord el pasado 2 de octubre y está muy presente en los proyectos de los coleccionistas internacionales, al tiempo que su reconocimiento en España es cada vez mayor. Pero el caso más reciente se produjo el pasado 6 de noviembre en Christie´s Nueva York, cuando se obtuvo un nuevo récord para una obra de Juan Gris: 20 millones de dólares.
¿Cómo afronta Christie´s s la crisis?
-Históricamente, el mercado del arte ha sido un ámbito seguro y es muy raro que una obra que alcanzó un determinado precio en el pasado se deprecie con el tiempo. Hay que tener en cuenta que las grandes casas de subastas cuentan con más de 200 años de historia en los que ha pasado de todo. Éste es un negocio totalmente consolidado.
Es verdad que la coyuntura económica internacional también ha afectado al mercado del arte, y al contemporáneo en particular, pero no tanto como a otros sectores de inversión y, de hecho, las buenas obras de artitas consolidados se siguen vendiendo muy bien. Sigue habiendo dinero, los coleccionistas siguen invirtiendo y si salen buenas obras al mercado la respuesta es positiva.
¿Qué es lo que “más se lleva” en estos momentos?
-El arte asiático, sobre todo el chino, y el de Oriente Próximo tienen bastante buena acogida en el mercado internacional. Ese es el caso del artista Moshire. No hay que olvidar que el hecho de que un artista entre en un catálogo de una subasta de Christie´s es ya un espaldarazo absoluto, quizá más importante que estar en el de una galería, porque la repercusión, el número de personas expertas que reciben esa información, no tiene competencia, es absolutamente internacional. Estar ahí supone un respaldo que no te puede dar ningún otro medio. Por eso es tan necesaria una decantación previa, una solidez importante que permita sacar a subasta lo mejor.