Deja en el aire frases como: «En ninguna otra época de la historia ha habido tanto interés por el arte como en la actualidad» o «cada vez que vas a ver una obra de arte tienes que estar preparado para enamorarte» o «el arte no es otra cosa que el intento de comunicación entre dos seres humanos»… Así de sencillo; así de complejo.

Pasó por Madrid, en donde conversamos, con motivo de la presentación de su libro ¿Qué estás mirando? (150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de ojos), un texto original, irreverente y muy accesible que, dirigido tanto a escépticos como a convencidos, resuelve una buena porción de esas preguntas que muchos se plantean y pocos se atreven a formular.

Gomperzt relata que a lo largo de estos años ha visitado los mejores museos y colecciones del mundo. «He estado en las casas de muchos artistas y he examinado las colecciones privadas de los ricos, he visitado talleres de conservación y he sido espectador de subastas millonarias de arte contemporáneo. Empecé sin tener ni idea y ahora sé algo. Me queda mucho por aprender…», paradójicamente afirma quien tanta experiencia y conocimiento acumula.

Así las cosas, la pregunta se hace inevitable. A estas alturas de su biografía y en relación con el arte, ¿qué es saber algo?

¡Oh! (exclama entre gestos de sorpresa). Es esta una cuestión filosófica de envergadura pero voy a intentar contestarla. A estas alturas estoy convencido de que aprender y descubrir cosas es lo que hace que la vida merezca la pena. Si aprendes y al hacerlo comprendes mejor las cosas, disfrutas más de la vida. De lo contrario es como si jugaras al tenis pero con la funda de la raqueta puesta. No puedes tener sensibilidad en la mano. Si aprendes y sabes es como si le quitases la funda a esa raqueta y cuando le das a la pelota la sientes. El primer paso del saber, también en el mundo del arte, es estar dispuesto a aprender y comprender.

(Didáctico y directo el propio Gompertz afirma en su libro: «El problema al que se enfrenta todo público tiene que ver con la comprensión. No importa que se sea un marchante de arte bien establecido, un académico de renombre o un comisario de museo: todos ellos se pueden sentir algo desorientados si se enfrentan a una pintura o una escultura recién salida del estudio de un artista. Incluso sir Nicholas Serota, el internacionalmente respetado jefe del imperio de la Tate Gallery de Gran Bretaña, se encuentra de vez en cuando en ese estado de confusión. Una vez me dijo que se sentía un tanto amedrentado cada vez que entraba en el estudio de un artista y veía por primera vez una obra nueva. «A veces no sé qué decir. Intimida», me decía. Se trata de una declaración bastante sincera realizada por un hombre que es una autoridad mundial en arte moderno y contemporáneo. ¿Qué margen nos deja eso a los demás?».)

portada-que-estas-mirandoPero, ¿cuál fue su intención primera a la hora de escribir este libro?

La intención original es facilitar ‘un amigo’ a la gente que quiera disfrutar del arte. Puedo saber mucho o poco de arte pero sé que tengo a un amigo en mi estantería con el que voy a poder conversar. Este libro se puede leer como una historia, que realmente es la historia artística del siglo XX, o puedes ir a sus páginas si, por ejemplo, vas a ver una exposición con el objetivo de recordar y orientar sobre cuáles fueron las ideas y el entorno de un determinado pintor o un movimiento concreto. Un amigo que quiere ayudarte a comprender mejor.

Derribar mitos es otro de sus objetivos… ¿Cuáles serían aquellos con los que hay que acabar como sea?

Me encanta responder a esta pregunta pues, efectivamente, lo que usted apunta es uno de mis objetivos prioritarios. Voy a citar tres incuestionables: Hay que derribar la idea de que el arte moderno es difícil de comprender, que lo puede hacer cualquier niño y que los artistas y sus obras te hacen parecer o sentir que eres tonto.

¿Y cuáles son las preguntas que uno debe hacerse cuando se enfrenta al arte moderno?

En el libro lo que hago es darle a la gente la información que explica por qué esa obra de arte se ha creado. Mi idea es dar esa información y que el espectador sea libre para hacer su propio juicio: si esa obra de arte es buena o no, si le gusta o no… Con lo que en vez de mirar un cuadro abstracto y decir «es una basura», y dices eso porque no la comprendes, llegar a expresar: «comprendo lo que está intentando hacer el artista aunque a mí no me pone», o sentir: «ha tenido éxito, es impresionante». 

Ha tenido éxito conmigo…

 Exactamente. Esa es la clave. Cuando quitas todo lo que hay alrededor. El arte es algo que hace un ser humano que está intentando comunicarse con otro ser humano. Se trata fundamentalmente de eso. Con este libro intento darle al lector el idioma para que pueda comprender lo que está intentando decir el artista.

Gravita sobre el libro la idea de que hay que ser, al tiempo, escéptico y convencido. ¿Por qué hay que ser escéptico y de qué hay que convencerse?

Cualquier arte que vayas a ver requiere escepticismo y convicción. Eso sirve para una película, una obra de teatro o una canción. Si te acercas con esa disposición significa que estás alerta, que tu cerebro está centrado y comprometido y que tu mente se está haciendo preguntas. El escepticismo es bueno, lo que no es en absoluto recomendable es el cinismo. También tienes que estar predispuesto a amar aquello que vas a ver. Cada vez que vas a ver una obra de arte tienes que estar preparado para enamorarte. Quizás te sientas decepcionado o quizás haya suerte. 

En relación con otras épocas, ¿cómo ve la situación actual del arte contemporáneo?

Es siempre difícil tener la misma claridad de visión de otras épocas que de la tuya. Pero creo que está claro que hay más interés, muchísimo más interés que antes, hasta el punto de que en ninguna otra época de la historia ha habido tanto interés por el arte como en la actualidad. Se compra y se vende mucho más arte que nunca, hay muchísimos más museos, hay muchos más coleccionistas que en cualquier época pasada… Todo esto nos dice que estamos viviendo un auténtico boom artístico y todoboom tiene una explosión; en ella estamos. 

Se pregunta usted por qué el arte es tan extremadamente caro. ¿Hay respuesta a ese por qué?

No todo arte es tan caro. Yo, por ejemplo, solo compro arte de artistas que viven en mi localidad, en mi entorno, y es muy barato. Lo que pasa es que hay cierto arte hecho por artistas muy famosos que se han convertido en parte de la historia y que han conseguido ser famosos porque están en los museos. Eso hace que cambie el panorama y que una obra de arte se convierta en un objeto de valor que es único. Como si fuera un lingote de oro. Se convierte además en un bien de consumo, con lo cual si tienes mucho dinero, miras a los mercados y te preguntas, ¿en qué invierto?, en valores, en bonos del Estado, en oro o en arte… Aquellos que han invertido en arte de muy alta calidad han hecho más dinero que la gente que ha invertido en cualquiera de las otras posibilidades. Por eso el arte es tan caro.

 

¿Cómo anda de conocimiento del arte moderno español?

No está mal pero no es brillante. Naturalmente me interesan sobremanera Miró, Dalí o Picasso. Más contemporáneos podríamos citar a Juan Muñoz, que conozco bien porque he estudiado mucho de su trabajo, pero he de reconocer que no estoy al tanto en profundidad de lo que está sucediendo en el panorama español actual, aunque las noticias que llegan son muy estimulantes. Tàpies o Antonio López, por ejemplo, son figuras de muy primer nivel.

¿Qué piensa del papel de los medios digitales en la información sobre arte y cultura?

Cuando estaba trabajando en la Tate consolidé todo lo referido a los medios digitales para la institución. Los medios digitales de arte y cultura como el que usted representa, tan bien hechos, son una idea fantástica.

(Extravertido y profesionalmente muy curioso, sabedor Will Gomperzt de que iba a ser entrevistado por nuestro diario tuvo a bien señalar su conocimiento de hoyesarte.com. De ahí su amable comentario).

Yo no podría haber escrito este libro sin los medios digitales, porque las webs sobre este ámbito y las de los museos tienen un montón de artículos magníficos. Creo que los medios digitales son una parte muy importante en el proceso de diseminación y transmisión del arte. En Gran Bretaña hay muchos cines que son digitales con lo que se están pasando allí óperas, obras de teatro y ahora también exposiciones de arte. Creo que en cuanto a la diseminación y comunicación en relación con el arte y la cultura los medios digitales son el futuro. Por señalar un ejemplo podemos hablar de Ai Weiwei, un hombre que ha creado un imperio que no podría haber hecho si no contase con medios digitales. Creo, en definitiva, que los medios digitales son extremadamente importantes.

(Con este guiño hacia los medios en Internet y el futuro, «un futuro que ya está entre nosotros», Will Gomperzt no se corta a la hora de ser requerido acerca de lo que aún le sigue sorprendiendo. Tras detenerse algunos segundos y buscar en su cabeza una respuesta firme señala de corrido: «me sorprende aquello que provoca reacción en la gente. Cuando ves una obra de arte que piensas que es fantástica, ya conoces algo del artista. Si es algo realmente nuevo la primera reacción es no estar seguro, con lo cual no te sorprendes, pero sí lo haces, al menos a mí me ocurre, cuando compruebas que algo, una obra, por razones que no contemplabas, causa una reacción masiva»)