To my Beloved (2015), el primer largo de Muritiba, logró el Global Fimmaking Award en Sundance y el Zenith Silver en el Festival de Montreal. Su cortometraje A fábrica logró más de sesenta premios internacionales y Rust, otro de sus cortos, recibió tres premios en la sección Cine En Construcción de San Sebastián 2017.
– ¿De dónde parte la idea de esta película?
Desde 2016, con el golpe que desalojó del poder al presidente elegido democráticamente en Brasil, mi generación, que se formó en la posdictadura, vive el momento más dramático de su existencia. Después del golpe, el país se hundió en una espiral de odio que culminó con la elección de un fascista en la presidencia. Después de la elección de Jair Bolsonaro, todas las minorías, las mujeres, los indígenas, la comunidad LGBTQI+, los negros, entre otros, comenzaron a ser perseguidos sistemáticamente y el país se dividió entre el sur conservador y el norte/nordeste progresista. Hubo muchos momentos en los que estuvimos al borde del enfrentamiento armado. Y estos tiempos de odio me motivaron a la hora de decidir cuál sería mi próxima propuesta. Decidí que haría una película de encuentro. En esos tiempos de odio decidí hacer una película de amor.
– Los diálogos juegan papel clave en su película. Nada es lo que en primera instancia parece…
Desierto particular es una película en la que los afectos son esenciales, en la que los desiertos se encuentran. Es una historia de amor que une a los opuestos. Puede empezar como un amor romántico, pero luego se convierte en otro tipo de amor. Me gustaría mucho que si alguien buscara mi película en un hipotético videoclub la encontrara en la estantería de películas de amor. Pero también es una película sobre la masculinidad. Sobre lo que es ser hombre en Brasil. Crecer como hombre en mi país es crecer bajo el signo de la violencia. Toda nuestra formación como hombres se basa en el uso imponente de la fuerza y la opresión. Y esto es obviamente mucho más agudo en el mundo policial. Así que elegí como protagonista a este hombre educado en una lógica violenta y heteronormativa, pero que, gracias al deseo y al afecto, gracias al amor, es capaz de cambiar y convertirse en una persona mejor. La película trata de eso, de la capacidad redentora del amor, del encuentro y de la tolerancia. Y eso es lo que espero que el espectador se lleve.
– El doble viaje del protagonista, el físico a través del país y el interno para reflexionar sobre sí mismo, ¿lo convierten en una persona mejor?
La película tiene un largo prólogo en el que se presenta la rutina de Daniel en el sur de Brasil. Dedico mucho tiempo a esto para que el espectador pueda entender de qué huye Daniel y qué busca, aunque sea inconscientemente, cuando decide marcharse. Sin establecer el trasfondo opresivo en el que vive sería imposible liberarlo al final del viaje. Más bien necesitaba mostrar lo duro y violento que era su entorno, para luego inundarlo de afecto, algo que no tiene ni sabe expresar, romperlo y finalmente transformarlo. En cualquier caso todo lleva a pensar que al final de su viaje será un hombre mucho mejor, asumirá las consecuencias de su error y será un hermano más amable.
– Masculinidad y homosexualidad se entrecruzan.
Mi película es una película que une dos mundos muy diferentes que tienen que aprender a coexistir. También trata de los diferentes Brasil que existen dentro del mismo Brasil. El Brasil frío y conservador del sur, el Brasil más cálido y libre del noreste. También trata de los diferentes modelos de masculinidad, el arcaico, representado en Daniel, y el nuevo, representado en Robson. Así que decidí que dividiría la película en tres partes conducidas por dos protagonistas. La primera parte adopta el punto de vista de Daniel y su soledad, la segunda con Robson/Sara y su deseo de ser libre y finalmente una tercera parte sobre el encuentro que los transforma.
– Resulta muy llamativa la banda sonora de su filme. ¿Cómo la seleccionó?
Soy un tipo musical. Todo lo que hago lo hago escuchando música. En realidad nunca quise ser cineasta, sino cantante. Incluso tuve un grupo y grabé un disco, pero era terrible, debo admitirlo. Así que escribí Desierto particular escuchando la mayoría de las canciones que aparecen en la película. Cuando decidí que iba a ser una road movie melodramática empecé a pensar en las canciones como complemento de las distintas escenas. Así que sí, a menudo las canciones están ahí para comentar o sumar lo que los personajes dicen o callan.
– Finalmente resulta llamativo que una película con una temática como la suya haya sido elegida para representar a Brasil en los Óscar. ¿Cómo debe interpretarse esa elección?
Es sintomático que una película queer sobre el amor represente a Brasil durante el Gobierno de Bolsonaro. Brasil es el país con las tasas más altas de asesinatos LGBTQIA+, y Desierto particular parece ofrecer otra perspectiva, otro mundo posible: un mundo acogedor. Brasil tiene una historia de cine de temática social, y mi película forma parte de esta tradición. Su elección también señala un nuevo camino; un camino de esperanza.