¿Cómo surge este proyecto?
Desde hace cinco o seis años, en la compañía Losdedae tenemos un programa llamado Trátame como me merezco y lo hemos hecho en distintos espacios no convencionales, como un burdel de los años 50 en la calle Barco (Madrid), un camión en el que estuvimos en ‘Madrid en Danza’ el año pasado o en distintas galerías de arte, y ahora surgió la idea de traer la danza a La Casa de la Portera [un espacio escénico surgido a partir de la transformación artística de una vivienda del centro de Madrid en el que se experimentan nuevos formatos]. La primera vez que vine al espacio hablé con José Martret, su director, y se interesó por el proyecto. La idea sale de aquella primera visita a La casa. Es una coreografía específica y lo que hemos hecho para poder bailarla fuera es una recreación exacta del escenario, es decir, de la casa propiamente dicha.
¿Y el argumento?
Es la historia de dos personajes que están viviendo una dependencia mutua y el transcurso de la obra es bastante opresivo. Sin embargo, esa misma opresión cuenta con muchas válvulas de escape: comicidad y momentos de mucho humor, porque realmente los necesitan para salir de esa dependencia que siente el uno por el otro. Durante la pieza se van desarrollando una serie de acciones y al final se descubre quién es más dependiente en esta relación.
Tiene imágenes muy potentes: la casa se mueve a través de video mapping, que es la primera vez que se hace en este espacio [proyectar imágenes sobre superficies reales para conseguir efectos 3D].
«Todos somos dependientes»
¿Somos todos un poco dependientes de algo?
Creo que en la sociedad actual todos somos dependientes, no voy a decir de alguna cosa en especial, pero sí de situaciones. Todos dependemos y esta historia es el reflejo de algo que nos puede pasar a cualquiera. Hemos hecho un preestreno y los asistentes confesaron sentirse reflejados de alguna forma en los dos personajes. Afirmaron que ellos habían pasado por algunas de esas situaciones y, además, en cualquiera de los dos roles. No porque uno sea más fuerte tiene que ser el protector o porque seas más débil tiene que ser el protegido. De repente, el que es más débil puede ser el que protege al otro. Ese es el juego que se está planteando durante la pieza.
¿Quiere lanzar algún mensaje?
Simplemente cuenta una historia. La conclusión de cada uno ya es personal. Tiene textos de Pablo Messiez, Guillem Clua y Alberto Velasco, y la música original es de Mariano Marín. El hecho de trabajar danza por primera vez en ‘La casa…’ supone toda una historia de experimentación. Es algo muy innovador para nosotros mismos y también queremos coger el pulso de la pieza al tener al público tan sumamente cerca durante la obra.
¿Cómo funciona esa especie de fila 0 que ha creado?
Como queríamos sacar la obra fuera del espacio de ‘La casa de la portera’, tuvimos la idea de crear una fila 0 para no perder su esencia y tener al público muy cerca. Se trata de una fila que está sentada alrededor de nosotros durante la función. Queremos ser lo más fieles a este espacio y creo que lo hemos conseguido. El público va a experimentar sensaciones muy potentes.
«La crisis nos está mutilando»
¿Qué momento cree que vive la danza en España?
La danza ha vivido siempre una situación de crisis. Es cierto que en los últimos años, la crisis nos está mutilando directamente. Es un exterminio absoluto lo que hay respecto a la danza, pero, en mi caso, lo llevo sufriendo muchísimos años, no solamente ahora.
Creo que somos verdaderos supervivientes. Personalmente lucho para continuar trabajando y bailando. No voy a hacer otra cosa que no sea bailar y si tiene que ser en un camión será en un camión, si tiene que ser en la calle será en la calle y si tiene que ser en La casa de la portera, como ahora, será algo maravilloso.
¿Se nota la falta de espacios?
Creo que se están cerrando espacios, pero si no hay un público para la danza, nosotros somos los responsables. Está claro que las instituciones quieren exterminar, pero veo que la responsabilidad es nuestra, del sector. Y en mi caso creo que soy un coreógrafo bastante activo. Acabo de terminar dos temporadas en Matadero de Madrid y ahora presento un nuevo espectáculo totalmente diferente, así que creo que generar movimiento artístico es una responsabilidad totalmente nuestra. Las instituciones están para apoyarnos y en el momento en el que no lo hagan, como no lo están haciendo, o en caso de que nos abandonen, como nos están abandonando, nosotros tenemos que seguir adelante. Yo no voy a hacer otras cosa. Lo aseguro.
¿Qué le dice a los jóvenes de su compañía?
No les digo, actúo. Tengo una sede en Alcalá de Henares. Soy compañía residente allí desde hace ya unos cuantos años y también tenemos un programa porque damos cobijo y casa. Lo ofrecemos para que la danza no desaparezca y para que los creadores tengan allí su espacio. Creo que lo mejor para beneficio de todos es que haya nuevos creadores.
Más sobre Muraday
Chevi Muraday dirige una de las compañías de danza contemporánea más conocidas del país. Losdedae Danza se formó en 1997 y desde entonces una casi frenética producción coreográfica caracteriza a esta formación. De tripas corazón, Light Off, Karga, El cemento crió hierba, Quiero tenerte cerquita, Boceto en negro, Impermeabilidad, coreografía realizada para bailarines turcos y españoles, Recorrido-Recorrer y Veintisiete, trabajo con el que repasa su trayectoria creativa, son algunas de sus obras.
Su primera pieza como coreógrafo, Por el campo entre las flores te busqué y no te encontraba, data de 1992 y le procuró el premio al bailarín sobresaliente en el VII Certamen Coreográfico de Madrid. Vinieron después trabajos como intérprete en Londres y Alemania en las compañías Transition Dance Company, Nower Tanz y S.O.A.P Dance Theatre.
Una trayectoria como bailarín que se remonta a 1989 en la compañía de Carmen Senra, donde comenzó a estudiar danza cuatro años antes. Completó su formación en las escuelas de Alvin Ailey, Steps, Peri Dance y Martha Graham.
En el cine ha trabajado para las películas Imagining Argentina, protagonizada por Emma Thompson y Antonio Banderas, y las españolas 20 centímetros del director Ramón Salazar y Caótica Ana, de Julio Médem. Reclamado por la Compañía Nacional de Danza 2 como coreógrafo, ha estrenado los trabajos Inside e Instrucciones para dejarse caer al otro lado del vacío.
Muraday es Premio Nacional de Danza 2006 en la modalidad de interpretación.