Estos trabajos los ha compaginado con novelas gráficas como Miércoles, con la que ganó en 2012 el Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac-Sinsentido, y la realización de libros autoeditados como Calles contadas o Cuaderno de frases encontradas, donde juega con las letras, las cifras, las frases y las calles, algo muy habitual en su obra. Sus trabajos están llenos de un humor sutil tanto en el cómic como en la ilustración, dos facetas que Berrio compagina desde sus inicios.
También es autor de libros infantiles como El castaño, La tirita y El zoo de Antón. Disfruta haciendo experimentos gráficos, como Ejercicios de ilustración sobre textos de Ortografía práctica y Aritmética ilustrada, y otros libros ilustrados como Plaza de Cibeles, Plaza de Oriente y Puerta del Sol.
- Juan Berrio expone hasta el 6 de abril en el Museo ABC de Madrid más de un centenar de dibujos originales en la exposición Cuaderno de frases encontradas. Las obras han sido seleccionadas del trabajo que el autor ha recogido en su blog desde agosto de 2009.
¿Cómo definiría su trayectoria?
Es larga y difícil de resumir. Una reflexión que hago en los últimos años sobre mi trabajo es que el camino ha sido muy largo pero que me gusta el sitio al que he llegado. No cambiaría nada y eso incluye muchos años, a veces muy duros, de mucho trabajo y un trabajo muy anónimo. Ahora me empiezo a sentir más reconocido y querido. He llegado donde quería llegar.
¿Qué es lo que le ha influido a lo largo de su carrera?
Las influencias son muchísimas. Son muchos años observando y recogiendo de aquí y de allá casi sin querer. En los primeros años huía de las influencias directas, no quería que nada me influyera y vivía un poco en mi propia burbuja. Pero aunque no quieras, las influencias existen y con los años se va formando el estilo. A veces veo a los ilustradores más jóvenes, que están empezando, muy preocupados por el tema del estilo, dicen ‘es que yo todavía no tengo estilo’. Y, efectivamente, es importante tener un estilo pero no hay prisa, ya llegará. De todas maneras tengo la sensación de que me muevo entre varios estilos. Si quiero contar una historia con un tono más o menos feliz, como es el cómic Miércoles, pues hago el dibujo quizás un poco más esquemático o, cuando me pongo a hacer estas frases, el dibujo es más elaborado.
¿Algún autor que le guste especialmente?
Hay un montón de gente a la que admiro y me encanta su trabajo. Ahora mismo tengo quizás puesta la atención más en los viejos maestros que en compañeros de profesión. En los últimos años disfruto mucho viendo los fondos de aquí, del Museo ABC. Desde hace cinco años he descubierto a muchos de los grandes dibujantes de los años 30, 40…, porque cuando empecé en esta profesión no teníamos muchas referencias, no teníamos muchos libros.
Realiza tanto cómic como ilustración, ¿qué prefiere?
Me gustan los dos. Me gusta contar historias, lo que pasa es que a veces puedo contarla con un solo dibujo o con un dibujo y un texto, como pasa en esta exposición. Detrás de estas frases se esconden historias, vemos la historia y leemos la frase y nos preguntamos cosas y construimos el resto del relato, lo que pasa antes y después, viendo una sola imagen. Unas veces es a través de un dibujo y otras tienes que contar una historia más complicada a través de muchas páginas, de viñetas que se van enlazando. Pero también me gusta mi trabajo de ilustrador a secas, de hacer un encargo para un libro, para prensa, para publicidad… Me gustan todas las facetas de mi profesión.
«Detrás de eso tan ordinario, tan cotidiano, tan de todos los días, sin embargo, sabiendo mirar, hay algo interesante»
¿Cómo surge la idea de Cuadernos de frases encontradas?
Con la primera frase. Un día paseaba por Jaca y me encontré con una persona con un aspecto muy normal y que decía una frase en un tono muy normal, lo que pasa es que la frase me resultó extraña, chocante. Y entonces me pareció que en esos choques que suceden mientras paseamos, esos trozos de conversaciones, esas frases que escuchamos de otras personas, a veces hay pequeñas historias o historias apasionantes y que en algunos casos era mejor que una historia completa. Si hubiera sabido cuál era la historia real de esos personajes, quiénes eran, cómo se llamaban, de dónde venían…, pues igual me hubieran interesado menos.
Pero justo ese trozo de frase me resultaba un tanto inquietante y entonces decidí ponerme a coleccionar frases. Por un lado, me parecía una bonita colección, siempre ésto de juntar cosas tiene algo de atractivo, pero además se trataba de juntar cosas que yo dibujaba. También me servía de ejercicio de estilo, para soltar la mano, para probar otras cosas. En aquel momento estaba haciendo otros dibujos demasiado delicados con un trazo muy fino y de repente me apeteció coger un pincel viejo, la pintura acrílica y probar a ver qué pasaba. Ahí se juntaban varias cosas pero a partir de esa frase de Jaca de hace cuatro años es cuando se puso en marcha el proyecto.
En este proyecto podemos observar algo muy característico de su obra, como son las historias cotidianas, ¿por qué le atraen tanto?
Es difícil describir por qué nos gusta lo que nos gusta. Desde luego es algo que no puedo negar, está en todo lo que hago, en los guiones que se me ocurren de los cómics… Creo que detrás de eso tan ordinario, tan cotidiano, tan de todos los días, que tiene todas esas características que parece que lo hacen poco importante, sin embargo, sabiendo mirar, hay algo interesante. Puedes encontrar una cierta poesía detrás de todo eso y a lo mejor es eso lo que busco.
¿Qué quiere transmitir con estas historias y qué recibe de ellas?
Cuando se ve este trabajo, tanto la exposición, el libro o el blog, no se tienen que seguir unas pautas. El que las ve tiene que hacer lo que le apetece, verlas ordenadas o no, verlas seguidas o de manera espaciada… Es una obra que se puede leer de muchas maneras. No le pido nada al que se ponga delante de los dibujos, simplemente que los mire y, a lo mejor, se le escapa una sonrisa o le da por pensar.
Tiene muchas lecturas y muy diferentes. Mucha gente las ve como frases felices y, sin embargo, he visto a gente que tenía el punto de vista contrario. Por ejemplo, el libro está traducido al inglés y al francés, y la chica francesa que hizo la traducción, cuando se puso a trabajar en las frases, le parecía que eran una crónica de la crisis en España desde que empezó. Seguramente se fijaba más en ese tipo de frases, las que hablaban más de temas sociales, de temas políticos, de temas económicos, y para otras personas no, les parecerán más como chistecillos de barrio. Yo creo que no es ni una cosa ni la otra, creo que es lo que cada uno vea y seguramente en cada momento tendrá distintas lecturas.
¿Cuál es el proceso de creación de estos dibujos?
Lo primero es que me encuentro con esas frases, no salgo a buscarlas, sino que mientras que estoy haciendo mi vida de repente me cruzo con alguien que va diciendo algo que me llama la atención, y entonces procuro recoger en mi cabeza la frase. Al principio lo memorizaba todo, ahora tiro del móvil y me la grabo porque es importante que sea tal y como la escuché. Del aspecto físico tengo más facilidad para recordarlo pero a veces incluso me grabo la descripción.
Luego, cuando encuentro el momento de ponerme en el estudio a dibujar, mi sistema es el que utilizo siempre para cualquier encargo y es que voy haciendo muchas fases. Trabajo en una mesa de luz, hago un primer boceto y digamos que voy afinando, voy perfeccionando ese dibujo, me gusta darle la vuelta porque me sirve para ver errores, de anatomía o de composición, y digamos que paso por cinco, seis u ocho papeles en los que voy calcando, a veces casi lo mismo, a veces incluso peor. De repente cojo un papel nuevo para intentar mejorarlo y me doy cuenta de que me gustaba más la versión anterior. Por eso me queda como un reguero de bocetos donde el dibujo cada vez está más y más definido, y al final, cuando ya tengo el lápiz definitivo, es cuando ya utilizo el acrílico sobre un papel especial, el que me gusta, con una cierta rugosidad para que la pincelada se rompa.
Es un trabajo elaborado, aunque pueda parecer que está hecho en la calle como un apunte. No tengo esa facilidad como para hacerlo al vuelo.
«Me encuentro con esas frases, no salgo a buscarlas, sino que mientras que estoy haciendo mi vida, de repente me cruzo con alguien que va diciendo algo que me llama la atención»
¿Por qué se ha animado a autoeditarse tanto en Calles contadas como en Cuaderno de frases encontradas?
Cuando hago un libro un poco raro, en el sentido de que se sale de géneros, de formatos, prefiero autoeditármelo. Primero porque son libros que no sabes dónde colocar en las librerías. Tengo la sensación de que me costaría convencer a alguien para que se embarque en una cosa que realmente puedo hacer yo, porque ahora mismo está en la mano de cualquiera poder hacerse sus propios libros.
Pero es una fórmula que no recomiendo a todo el mundo, ni es para todos los casos. Cuando hago una novela gráfica prefiero que lo edite una editorial de novela gráfica, cuando hago un libro infantil prefiero que lo haga una editorial infantil y si algún día escribo una novela querré que esté en una colección de novela. No me parece buena idea el autoeditarse sí o sí. Creo que hay momentos para la edición propia y otros para contar con los editores, y cada cosa tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
El cómic y la ilustración han estado más dirigidos al público infantil, sin embargo, desde hace unos años está teniendo una buena acogida entre público adulto, ¿a qué se debe que no la tuviera antes y por qué ahora sí?
A qué se debe no lo sé. Desde luego sí que he vivido este proceso en el que el trabajo de los ilustradores, ya sea en un libro ilustrado, en los libros infantiles o en un cómic, de repente te das cuenta de que tiene más presencia. Hace 15 o 20 años se vendía en unas tiendas oscuras en los cascos viejos de las ciudades, y de repente se convirtió en una cosa normal que puedes comprar en cualquier librería, que cualquier suplemento literario reseña un libro ilustrado, que está en los escaparates… Ha sido como un pequeño ‘boom’ en la profesión, aunque me gustaría pensar que es un proceso de normalización, era algo que se nos debía y que ojalá se quede para siempre.
¿Qué proyectos tiene en mente?
Tengo muchos, muchas ideas que poner en marcha, pero me quiero centrar en un proyecto de cómic, en una historieta o novela gráfica que tengo empezada y de la que tengo ya un primer capítulo. Cuenta una historia triste, una separación. Es una historia que tengo escrita desde hace bastante tiempo, creo que incluso antes que Miércoles, y tengo muchas ganas de hacerla. Por el camino me asaltan muchos proyectos, ideas nuevas, de cosas diferentes, pero creo que tengo que seguir con esta historia triste.