Izal: «Somos un grupo del público»

Grupo Revelación de los Premios de la Música Independiente 2013, consigueron colarse el pasado verano en el tour de festivales españoles, entre los que destacan el Dcode y el Arenal Sound. Ahora, según la listas de ventas de PROMUSICAE ^[1], ya ha alcanzado el puesto número ocho en nuestro país con este segundo disco. Inmersos ya en la gira de presentación, hoyesarte.com habla con Mikel Izal, voz y alma de la banda.

Agujeros de Gusano, el título del disco, es un término muy científico, aunque al final viene a ser un atajo…

En este tipo de historias metafísicas que a veces salen de mi cabeza algo tiene que ver mi pasado como ingeniero, ya que he trabajado unos cuantos años como teleco y al final seguro que algo se queda en el cerebro. En realidad me muevo bastante por instintos en cuanto a títulos o nombres. Me gusta utilizar imágenes que me sugieran algo y que a veces ni siquiera sé qué son. En este caso, en Agujeros de Gusano caben muchas cosas.

Hay una revista mexicana que lo ha definido muy bien sin que nosotros hayamos hablado con ellos. Dijeron que en una canción de Izal sabías por dónde ibas a entrar pero nunca por dónde iba a seguir la canción y nos gustó mucho esa explicación.

¿Por qué hacer un disco en un momento en el que anterior aún tenía recorrido?

Creo que empezamos a tener visibilidad como grupo hace relativamente poco. A partir del concierto de la Joy Eslava de Madrid en marzo pasado o el de la Sala El Sol en octubre de 2012 empezamos a tener algo de visibilidad. Por eso es verdad que para la gente Izal tiene 12 meses, pero el disco en realidad tiene medio año más y nosotros como grupo estamos trabajando desde 2010. Al acabar de grabar Magia y efectos especiales seguí componiendo. Llegaron 16 o 17 temas muy pronto, que ya empezábamos a tocar en el local y corríamos el riesgo de que se empezaran a manosear demasiado y por eso decidimos grabar Agujeros de gusano.

Sí que es verdad que podíamos haber estado igual medio año más girando y seguramente habrían salido bien las cosas, pero teníamos un disco que nos convencía 100% y no queríamos echarlo a perder. Al final, cuanto más tocas una canción, por lo general, más te vas alejando de la mejora de esa canción porque te vas acostumbrando a todo y ya no tienes tanta ilusión por tocar un tema que llevas tocando dos años. No quisimos que se perdiera esa frescura.

Es un disco largo con tres epílogos, ¿se quedaron fuera temas?

Sí, se han quedado temas fuera que además nos convencían 100% y que seguramente entrarán en el tercer disco. Hay tres que nos encantan. No los hemos incluido simplemente porque los otros que sí han entrado también nos convencían y daban un equilibrio mayor al disco. Los epílogos en realidad son un tema largo que compuse y que nos gustaba. Dividirlo en tres cortes nos ha parecido la mejor forma de presentarlo en un disco, pero en los directos será un solo tema y no se tocará con parones.

«No hubo un parón de composición entre las canciones de los dos discos»

Me llama la atención que el primer tema del disco sea La despedida…

Teníamos claro que queríamos empezar con ese tema. No hubo mucho debate. Nos gusta cómo empieza porque metes el CD y suena esa subida musical, que nos parecía que sonaba bien. También nos gustaba la idea de empezar despidiendo lo anterior, Magia y efectos especiales, un disco que nos ha dado todo lo que tenemos hoy en día. A la vez, que un disco haya funcionado tan bien supone en cierto modo tener que superarlo o tener que estar a la altura en un segundo. Creíamos que era el mejor guiño y la mejor manera de decir que eso se ha terminado. Soy muy cinematográfico componiendo y creo que ese inicio lo es.

En cierto modo es curioso que «la magia» y «los efectos especiales» aparezcan en ese casi disco más que en el anterior…

Sí, es que no hubo un parón de composición entre las canciones de los dos discos. Magia llegó cuando hubo «x» temas y yo seguí componiendo.

¿Y esa variedad de instrumentos, de voces, de toques electrónicos, de ukeleles, de sonidos rarísimos, etc.?

Hemos tenido más tiempo para jugar, para prepararlo y grabarlo. Todos estamos trabajando en música desde hace un año porque antes no podíamos dedicarnos exclusivamente a ella. El hecho de tener tiempo hace que puedas experimentar más. Intentamos siempre buscar cosas nuevas aunque supongo que dentro de una línea en el subconsciente.

Si todo va bien, porque nunca se sabe con la música, esperamos tener el mismo tiempo para grabar un tercero.

«No tenemos un prejuicio gratuito hacia las discográficas»

¿Tiene el disco un mensaje concreto?

Escribo las canciones según lo que me apetece contar ese día y al final es todo tan sencillo como que me levanto y hablo de una cosa. No pienso en una gran obra. Trabajo en cápsulas que se llaman canciones y al final las empaquetamos y hacemos que todo tenga sentido. Se arreglan en el local para que tengan coherencia, pero al final no dejan de ser historias particulares.

Os han llegado ofertas de algunas discográficas y las habéis rechazado, ¿por qué?

Hemos tenido la suerte de que han llamado a nuestra puerta con proposiciones, unas más decentes y otras más indecentes. No tenemos un prejuicio gratuito hacia las discográficas, pero al fin y al cabo son inversores que te ofrecen algo que tú no tienes, financiación, y que a cambio te piden cosas, como es lógico. El problema son las cosas que te piden. Para empezar no concebimos que nos pidan nada en el plano artístico, pero eso, según hemos comprobado, en espíritu no había la intención de cambiar una sola letra o una sola melodía de nuestro trabajo. No tendría mucho sentido que lo hicieran porque hoy en día si alguien contacta contigo es porque le gusta lo que estás haciendo. Lo que pasó es que el trato de negocio, puramente económico, no nos convenció.

Siempre te van a pedir un porcentaje de diversas cosas. A nosotros nos ha ido tan bien solos y el público nos está mostrando tanto cariño, que creemos que somos un grupo del público, porque aunque todos los grupos tengan su público, el nuestro se implica de una forma especial. Tenemos esa gran suerte. Por eso decidimos seguir tal y como habíamos empezado y dejar en manos de la gente la financiación del segundo disco. Confiamos en la gente y nos respodió. En 48 horas creo que se había recaudado la mitad.

Pocos grupos que han llegado a sacar un disco a través del micromecenazgo han logrado triunfar de verdad…

Es una fórmula que se adapta muy bien a la realidad. Es el ‘yo me lo guiso yo me lo como’ porque no hay otra para empezar. A las discográficas les empieza a no ser rentable meterse en proyectos nuevos e Internet hace que todo sea global y un escaparate enorme donde todo el mundo elige qué escuchar y donde no se puede vender la moto a nadie. Al final, el crowdfunding es eso: el grupo que tenga el suficiente apoyo del público tirará para adelante y el que no, no lo hará. Seguirá habiendo otras fórmulas, pero me parece que esa será la mejor para un grupo que esté empezando.

Igual para el tercer disco ya no necesitamos financiación porque tenemos suficiente dinero y lo podemos pagar, pero es probable que tengamos que buscar cómo lo financiamos.

«No nos conocía ni mi vecino»

¿Qué ha cambiado de cuando inciabáis vuestro primer disco a ahora con el segundo ya con cierto éxito? ¿Sentís más presión?

Esta experiencia es absolutamente nueva para nosotros porque Magia y efectos especiales no salió… No salió porque nadie lo esperaba. No nos conocía ni mi vecino. El disco ha ido saliendo poco a poco. Este es el primer trabajo que nos llega con cierta visibilidad, que no es gigantesca, pero empieza a ser importante y con un público que espera cosas y con una crítica que por primera vez se fija en un trabajo que sale de Izal y eso genera cierta tensión y cierta incertidumbre.

Partimos de cierta calma porque estamos muy contentos con el resultado del disco, que eso es lo más importante para nosotros, luego veremos si le gusta a alguien más.

¿Cómo pensáis reflejar todos los efectos del disco en el directo?

Puede parecer que el disco es difícil de defender por momentos, pero está grabado de una forma muy coherente con lo que queremos que sea el directo. Llevamos mucho tiempo ensayándolo y los temas no pierden. Se pierde algún detalle. Por ejemplo, las trompetas de Agujeros de gusano no las haremos casi en ningún concierto porque para eso tiene que venir un trompetista. En algunos vendrá, pero en la mayoría no. Somos personas que tienen muy claro que su trabajo es subirse a un escenario. Surgieron muchas ideas, pero muchas las echamos abajo porque no iba a ser posible defenderlas en directo y no puedes hacer que el mayor valor de una canción esté depositado en un instrumento con el que luego no vas a contar ante el público.

A pesar de moveros muy bien por el acústico habéis hecho un disco con muchos efectos…

Muchas veces se dice que un tema es bueno cuando si lo defiendes con una guitarra y una voz mola. Quizá no tanto como un eléctrico al completo, pero un tema que tiene realmente calidad, que aporta algo, con una guitarra y una voz debería ser suficiente, por lo menos para que tenga sentido y guste. Creo que nosotros a poco que hacemos con los temas que tenemos suenan bien, aunque lo que más nos gusta es subirnos a un escenario con toda la maquinaria.

«Los premios no nos quitan mucho el sueño»

Este año habéis ganado el Premio Artista Revelación de los Premios Independientes de la Música, ¿qué ha supuesto para la banda?

Son pasitos que hacen que puedas dedicarte un día a esta profesión, una profesión que es difícil y que es para unos pocos. Esa es la diferencia principal entre la profesión de músico o de actor y otras. Son profesiones que son para pocos porque hay pocos puestos de trabajo y este tipo de cosas, como un Premio de la Música Independiente, hacen que creas en ti. No nos lo esperábamos porque los premios no nos quitan mucho el sueño, pero es innegable que si te dan uno significa que algo está sucediendo.

Otro premio supongo que es participar en festivales como el Dcode o el Arenal Sound, ¿cómo ha sido la experiencia?

Teníamos ya ganas de entrar en la ruta de festivales, porque otros años hemos disfrutado mucho de ella, pero como público. Estar en 17 festivales saliendo de la nada es una labor también muy importante de nuestros managers, que también hay que darles el mérito que se merecen y que tienen.

Los festivales han sido otro pasito más, fundamentales para llegar a más gente.

¿Con la crisis el sector musical tiene que ponerse un poco las pilas?

Creo que hay una cosa que ha hecho mucho daño que es el IVA. Nos han bajado el sueldo y ahora cuesta más ir a un concierto. Los artistas lo que hacemos es absorber ese porcentaje de subida del impuesto. Solemos poner la entrada que pensamos que la gente puede pagar y el IVA nos los quitan después.

Seguro que se pueden hacer las cosas mejor, pero desde luego, las trabas que están poniendo hacen que todo sea muy complicado. De todas formas, quizás nosotros tenemos también una visión distorsionada porque estamos creciendo en tiempos de crisis. Vemos a la gente entusiasmada en un concierto y creo que hay un movimiento de música en directo que tiene su máximo exponente en los festivales, que aunque la gente va a pasárselo bien, la excusa o el hilo conductor es la música.  A nivel de gente que compra música (discos, conciertos, etc.) sí creo que hay gente que se está moviendo.

¿El fin siempre es el directo?

El disco es la tarjeta de presentación en plan «si quieres escuchar esto ven a verme». Es muy importante que la tarjeta de presentación funcione, pero le damos una importancia capital a subirnos al escenario y hacer nuestro trabajo allí.