«Creo que estos 20 años han pasado bastante rápido. No tengo la sensación de que llevemos tanto tiempo. Ha sido ahora, al echar la vista atrás, cuando nos hemos dado cuenta de todas las cosas que hemos hecho y estamos bastante orgullosos y contentos. Empiezas a contar batallitas, a recapitular todos los sitios en los que has tocado, en los que has grabado, la gente que has conocido, los discos que has hecho, las canciones, los festivales… Hemos vivido intensamente estos 20 años, pero se han pasado volando», resume Jorge Martí.
«Es verdad», añade Pau recordando esos momentos de la infancia en que los mayores decían aquello de que «la vida se pasa volando»: «Ahora nos pasa un poco lo mismo, nos acordamos de cuando estuvimos en algún sitio y resulta que a lo mejor hace ya 12 años de eso».
Jordi, que lleva menos tiempo en la banda, tampoco tiene esa sensación de que estos años hayan sido una eternidad, sino más bien algo rápido. «De todas formas siempre quedan retos nuevos y cosas por hacer», añade.
Varias aristas
La suya ha sido una carrera ascendente, cada disco ha llegado a más público elevando un poco más su lugar en la escena indie y en la música española general. No ha habido un golpe en la mesa como tal, aunque quizás fueran Universal y Fue eléctrico los trabajos que más barreras han conseguido traspasar en cuanto a público se refiere. Fundamental también Nuevos tiempos, el primer álbum que sacaron bajo el sello Mushroom & Pillow y que, además, les llevó a Chicago de la mano de Steve Albini. Ahora, por el aniversario, publican 20 años de canciones 1995/2015 el próximo 2 de febrero. Es su primer recopilatorio e incluye 19 de sus canciones más exitosas y una inédita llamada Taxi a Venus.
«Es un balance para nosotros pero también para todos aquellos que acaban de conocer la banda ahora o hace un par de años. Hay mucha gente que se sorprende cuando tocamos en los conciertos canciones anteriores a nuestros dos o tres últimos discos porque no las conocen. Con este disco la gente va a conocer temas nuevos también», dice Pau.
Concebido como si fuera un concierto, el álbum está compuesto por un setlist de 20 temas que los valencianos creían que tenían/debían estar. «Podíamos haber elegido otras, pero en estas había más o menos consenso. Si tuviéramos que presentarle a alguien La habitación roja pensamos que ésta sería una buena carta de presentación. También es cierto que son las canciones ‘más single’ y a lo mejor hay una serie de facetas de la banda que no están representadas en él», piensa Jorge. «De hecho, tenemos canciones de seis minutos, de ocho, con desarrollos instrumentales, algunas incluso totalmente instrumentales, algunas muy cañeras, otras muy pop, otras más psicodélicas… Creo que tenemos un poco de todo», añade.
«Dejando fluir las ideas»
En general, La Habitación Roja funciona de una forma parecida a la de aquellos inicios en los que preparaban Play Pop Vol. 1, su primera maqueta. Siguen siendo un grupo que se ilusiona con lo que hace, que se viene arriba y que no fuerza mucho las cosas: «Nos gustra trabajar de forma natural, dejando fluir las ideas, la música y las sensaciones que tenemos entre nosotros. En ese aspecto, no hemos cambiado mucho. Aunque evidentemente uno tiene que luchar contra la costumbre, el desgaste de los años, y ese punto naif o inocente en el que todo es nuevo». ¿Más experiencia? «Sí, pero a veces juega a nuestro favor y otras en contra».
«Creo que es muy importante intentar renovar esas ilusiones y trabajar para que no se conviertan en rutina o en algo aburrido. En ese sentido creo que trabajamos bastante». «Vivimos cada uno en un sitio, por lo que tenemos periodos de separación que en realidad vivimos como periodos de barbecho tras los que nos juntamos y sale todo». Entre medias, viven componiendo canciones y haciendo de cada nuevo disco un «balance» interno bianual y, a la vez, un acto fetichista. Además, adaptándose a los nuevos tiempos, a las nuevas tecnologías y midiéndose el pulso con el público. Y ahí están, 20 años ya.