Pues bien, algo así se ha propuesto Ramón Freixa [1]. El prestigioso cocinero, que cuenta con dos estrellas Michelin y tres soles Repsol, ha trabajado con la empresa Life Gourmet para diseñar la nueva oferta culinaria del catering para entreactos y eventos del Teatro Real de Madrid, que le ha adjudicado este servicio por un período de cinco años prorrogables.
Un viaje de 360º
«Pienso que le vamos a aportar ese punto de viaje de 360º que quizá le faltaba al Real, ya que en la ópera hay una parte visual y otra auditiva, pero quizás faltaba la gustativa», ha afirmado el cocinero a hoyesarte.com. «Siempre digo que en la alta cocina hay una parte de arte, una parte de creatividad y una parte de tendencia, aunque se trate de comida».
Así, un despliegue de ferreros de foie, yemas de huevo con trufa, transparencias de frutos secos servidas en un paraguas, tomates en forma de fresa, bloody-mary comestibles, rocas de mar y de montaña, capuchinos de foie y trufa o pastas de boletus, pistacho y cacao han bastado esta mañana para presentar algunas de sus exquisitas creaciones. De postre, por qué no unos labios de fresa de chocolate blanco.
Y quién sabe si serán los salones, las alfombras y cortinas, y, por supuesto, el entorno musical, pero los diseños de Freixá se tornan en el edificio como pequeños pecados que ayudan a recordar una vez más ese concepto de experiencia estética que se siente cuando una obra de arte abruma y conmueve. Unida la alta cocina a la ópera, una vez más, el concepto de arte global es el resumen perfecto.
Hansel y Gretel vs La Traviata
Ramon Freixa Catering Life Gourmet ofrece a partir del 4 de diciembre, además de estos servicios durante los entreactos, la posibilidad de que el público pueda cenar en el antiguo salón de baile gracias a lo que ha denominado Noches gastronómicas.
El espectador podrá disfrutar de una propuesta diseñada para cada espectáculo por el chef catalán mediante un sistema de reserva anticipada hasta cuatro horas antes del inicio de la función. Freixa la ha descrito como «un traje a medida porque cada ópera es completamente distinta, tiene un libreto distinto y está compuesta por un autor distinto y, por lo tanto, es un reto distinto».
De momento, para Muerte en Venecia parece tenerlo claro: pizza invertida de atún y presa ibérica maquillada en rojo como plato principal. Para Gianni Schicchi, por ejemplo -que llegará ya bien entrado el 2015-, la ópera de cuya dirección escénica se encargará Woody Allen, todavía el menú está en el aire. «Será un reto, sin duda, pero aún no lo tengo pensado. Soy de paso a paso», ha confesado.
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