Un camino común ha unido sus carreras en los últimos ocho años, «nos conocimos en un momento en el que no teníamos mucho trabajo, la gente no apostaba por nosotros y era una situación un poco desesperante», recuerda Alfonso Sánchez, quien continúa, «de repente se dieron unas circunstancias muy particulares, el ‘boom’ de YouTube, y descubrimos un camino por el que podíamos acceder directamente al público, saltándonos a los intermediarios. A partir de ahí pudimos demostrar todo lo que valíamos y, sobre todo, la artesanía que atesorábamos después de tanto tiempo trabajando».
Desde entonces han experimentado un gran éxito que les ha llevado a recibir ofertas variadas, como asegura Alberto López, «de mil colores, creativas, artísticas, económicas…, con muchos ingredientes para volverte un poco majara». Pero ‘Los Compadres’ han sabido mantener los pies en el suelo y seleccionar sus trabajos de manera muy meticulosa, «hemos ido midiendo mucho los tiempos, qué hacer, qué no hacer», siempre con sentido común. Según Alberto ha sido una «evolución positiva. Me siento muy feliz cuando echo la vista atrás y veo lo que nos ha ocurrido, lo que nos está pasando en el presente y los proyectos que tenemos para el futuro».
Con el humor por bandera, Alberto y Alfonso han retratado, una y otra vez, la realidad que invade a la sociedad española, una realidad «cortante, matadora», como la define Alberto, y en la que algunos piensan que tiran mucho de los tópicos, pero «los tópicos es lo que somos realmente. Tiramos de identidad, tiramos de nosotros», asegura Alfonso, que explica que no hay nadie mejor para contar nuestra propia historia que nosotros mismos, «el problema del cine y del arte en general últimamente es que se ha despegado mucho de nuestra propia identidad, por eso el público le ha dado la espalda».
Mariano vs Luciano
Con un lleno absoluto, el pasado mes de octubre se estrenó en el Teatro Lope de Vega de Sevilla Patente de corso, un trabajo que lleva por primera vez al teatro los artículos de opinión de Arturo Pérez-Reverte, publicados semanalmente desde el año 1991. El proyecto surge gracias a las redes sociales, cuando Reverte a través de Twitter alaba el trabajo de los dos actores sevillanos. Tras un intercambio de felicitaciones, esta pequeña relación se afianza con una cena donde ‘Los Compadres’ le proponen al periodista que les escriba un guión teatral, «nos dijo que no, que ni de coña», recuerda Alberto, «pero lo que sí nos cedió en esa cena fueron los derechos de sus cuatro libros editados sobre sus artículos de opinión […]. Nos encontramos con artículos realmente maravillosos, shakesperianos, con una carga dramática brutal».
A partir de ahí comenzó un trabajo profundo sobre la obra del periodista y escritor entre Alfonso, Alberto y la dramaturga Ana Graciani, que se dedicó a hacer la adaptación de los artículos que habían seleccionado los tres previamente. El resultado es un texto en el que se sondea, escarba y juega con los cánones y con los géneros. Patente de corso está en plena gira por veinte ciudades españolas hasta el próximo mes de enero, y está siendo un auténtico éxito, «la gente está encantada, nos han dicho algo muy bonito y es que habían vibrado en el patio de butacas, habían reído, habían llorado…, se produce una catarsis que hace que el espectador no salga del teatro como entró. Eso te da mucha energía y te hace confiar mucho en que lo que estás haciendo es bueno», explica Alfonso Sánchez.
«Se produce una catarsis que hace que el espectador no salga del teatro como entró»
Pero no sólo el público general ha tenido una respuesta inmejorable, la opinión más importante para los dos actores era la del propio Pérez-Reverte que «estaba entusiasmado, muy contento de ver un teatro como el Lope de Vega, con casi 800 personas, cinco minutos aplaudiendo algo que ha salido de su pluma», dice Alberto. De echo, nunca se había hecho nada así con sus escritos y después de esta propuesta, y casi paralelamente, Roberto Álamo está preparado la adaptación al teatro de una novela suya, «Arturo nos dijo que iba en camino con otro bebé».
Sobre las tablas, Alfonso y Alberto dan vida a dos personajes muy dispares. El primero es Luciano, «un personaje muy tópico, muy típico, muy real», como lo define el actor, «es el viejo pirata, el estafador, el carterista, el tipo con arte que se dedica a vivir del cuento, que ha tenido que convertirse en un hijo de puta para sobrevivir en un mundo tan cruel como en el que estamos», según Alfonso este personaje representa el verdadero carácter español, forjado en época del Imperio cuando las riquezas de las Indias llegaban a los puertos españoles, pero sólo iban a las casas de los ricos y a pagar guerras y fiestas, mientras que los pobres se morían de hambre. «El pueblo tuvo que aprender a quedarse con las monedas que iban cayendo de los carros. De ahí creo que viene la picaresca y eso que hay hoy en día, la economía sumergida, la manera de buscarnos la vida e intentar sobrevivir. Eso se plasma a través del personaje de Luciano, un viejo pirata que ya está cansado también de ser un superviviente».
«Cuanto más hijo de puta eres mejor te va y más disfrutas de la vida»
Por otro lado está Mariano, que Alberto describe como «un pobre hombre, un mindundi, un apaleado de la vida que ha hecho las cosas siempre bien, ha pagado sus impuestos, ha hecho su carrera, se ha casado… Pero nada le sale bien, le echan de los trabajos, se divorcia, tiene que pasar la manutención de sus hijos, es todo como una locura», hasta que un buen día se da cuenta de que «cuanto más hijo de puta eres mejor te va y más disfrutas de la vida, porque el dinero te da disfrute y eso es una realidad como un camión», y por eso Mariano decide preguntar al mejor, a Luciano.
Próximos proyectos
En el futuro, ‘Los Compadres’ no saben si continuarán juntos o por separado, Alfonso se ríe cuando se le pregunta si serán un dúo artístico, «me gustaría pensar que acabaremos nuestra carrera como Jack Lemmon y Walter Matthau, pero la verdad es que seguiremos trabajado de vez en cuando juntos y otras veces por separado, y cada vez que nos encontremos será una alegría porque trabajar con Alberto López es para mí como trabajar en familia. Es un tío al que quiero y admiro».
Entre los nuevos proyectos que los unen a partir de primavera se emitirá «una serie en Antena 3 que se llama Allí abajo, que rodamos en Sevilla y tenemos dos personajes muy divertidos», confirma Alberto, «podría contar miles de cosas más pero me parece una osadía, porque los actores normalmente no tienen proyectos, es mentira todo, hasta que no tengas nada firmado no hay proyecto».