Adorada más allá de nuestras fronteras, ahora, como reconocimiento, el Ministerio acaba de concederle el Premio Nacional de Músicas Actuales. Por si fuera poco acaba de publicar su decimotercer trabajo, Almas gemelas, que incluye canciones en varios idiomas y que muestra una Luz experimentada y aventurera. Serena, relajada y con ganas de contar todos sus proyectos, la cantante se abre a hoyesarte.com. Es una mujer elegante que desprende hilos de misterios, de pasión, de entrega. Ella es rock y bolero, balada y potencia, Galicia, Madrid y París.
Acaban de concederle el Premio Nacional de Músicas Actuales, ¿cómo se enteró? ¿Se lo esperaba?
No me lo esperaba… Me produjo muchísima satisfacción porque cuando recibí la noticia era un día muy intenso presentando el disco. Estaba de promo en París. Fue muy emotivo, un momento muy interesante, y la gente que estaba a mi alrededor lo disfrutó muchísimo. Fue una buena noticia.
¿Qué sintió?
Alegría. Recibir un premio siempre es muy halagador y en ese sentido, cumplió el objetivo.
¿Siente que es un reconocimiento que no tenía en España y que al fin ha llegado?
No caigo en la tentación de comparar si me va mejor aquí o allí o de si me quieren más allí que aquí. Es como en cualquier relación. Uno te da lo que puede y a veces menos es más. La gente que te dice muchas veces te quiero a lo mejor te quiere un poco menos que el que no te lo dice. La prueba más evidente de que soy querida es que sigo teniendo la posibilidad de trabajar, de hacer canciones, de hacer discos, conciertos… Esa es la mejor muestra de cariño que puedo tener.
“Cada nuevo trabajo es una especie de reválida”
Acaba de sacar Almas gemelas después de cinco años sin publicar un disco inédito, ¿nervios?
Con cada disco siempre tengo la sensación de estar pasando un examen. Tomando el símil de un estudiante, te preparas, estudias, gastas fuerzas, te tiras horas sin dormir, etc. y cuando llega el momento de hacer el examen no sabes hasta qué punto vas a tener buena nota. Esto es un poco lo mismo porque con cada disco no vale lo que hayas hecho antes. Cada nuevo trabajo es una especie de reválida. Siempre tienes ese algo interno de nervios, de preocupación, de responsabilidad, de expectativas, de saber si se cumplirán o no se cumplirán… Creo que eso será siempre así.
¿Qué feedback está recibiendo?
Hasta ahora todo lo que he percibido es bastante bueno, sorprendentemente mejor de lo que esperaba, pero bueno, tampoco hago discos que se escuchen una vez. Creo que hay que escucharlo varias veces y descubrir las canciones. Espero que llegue a la gente de tal manera que forme parte de los discos que sean importantes en la vida. Para mí el éxito está, sobre todo, en conseguir que una determinada canción o muchas motiven a la gente, les sirvan como relajación, como terapia, como muchas cosas. Creo que ese es el verdadero éxito de este trabajo.
¿Cómo surgió la idea de hacer canciones en diferentes idiomas?
Ha sido una suma de cosas. Quizás porque ahora estoy viajando por algunas zonas del mediterráneo y he encontrado nuevas sonoridades, he descubierto nuevos músicos, nuevas canciones… He estado un poco próxima a Italia y a otros países en los que aparecieron esas canciones, como las de Luigi Tenco, que son dos canciones de amor clásicas. Lo más importante que tiene que tener una canción es que se instale casi en tu sangre, que sea como parte de ti. Para una intérprete creo que eso es básico.
Por otro lado, cantar en francés era una consecuencia lógica de mi relación con el país. En el caso de las canciones brasileñas, digamos que es la parte más aventurera de todas esas versiones. Las canciones que te llegan inesperadamente y que en cuestión casi de minutos pasan a formar parte de ti son un regalo inesperado y yo siempre le pongo atención. A mí como intérprete me parece que la aventura es un ingrediente básico.
“Me parece más importante la amistad que el amor”
De amor pasional en el disco hay menos de lo que parece, ¿verdad?
Hay escogidas canciones de amor. Incluso hasta hace muy poco utilizar la palabra amor me daba pudor, no me salía fácil. Por ejemplo, el título ¿Por qué no vuelves, amor? no es necesariamente una canción de amor. El propósito de esa canción no es llamar a la persona amada y decirle que vuelva contigo otra vez, aunque haya pistas para creer que sea eso.
Hablando en términos de sentimientos me parece más importante la amistad que el amor. Una buenísima amistad está llena de amor y tiene componentes menos posesivos.
Habla de amistad. Usted precisamente se ha sabido rodear muy bien…
Me he topado a veces con gente muy importante y lo considero un regalo de la vida. Admiro a muchísima gente, aunque no sean de mi mismo mundo. Con los grandes siempre acabas aprendiendo. Es una lección que aprendí hace mucho tiempo. Prefiero estar rodeada de alguien extraordinario que de alguien que no lo es porque te sientas en una esquina y con poco que diga esa persona te sirve para caminar mejor.
¿Está cansada de hablar del cáncer?
No me cansa hablar de ello porque pienso que hay mucha gente que de alguna manera agradece que no tenga inconveniente en hablar de mi experiencia. Lo que pasa es que si tienes un disco del que hablar, has hecho un número considerable de conciertos, un número importante de viajes y tienes muchas cosas que contar, ir a esa parte más triste de existencia me produce a veces precisamente un poco de tristeza. Hablo de la enfermedad por respeto y cariño a la gente que la padece o la ha padecido. De alguna manera pertenezco a ese grupo y es como pertenecer a una pandilla o a una tribu.
“Hay gente que piensa que el rock que he hecho hasta ahora es de baratillo”
¿Qué le aporta la experiencia?
La experiencia para lo que sirve es para darte más responsabilidad, más preocupaciones. Al final creo que esa es una de las consecuencias. La otra creo que ver que progresas un poco, que tienes una mayor facilidad para escribir, para componer, pero al mismo tiempo también se va reduciendo más porque ya has escrito sobre eso otras veces y no puedes escribir lo mismo. No puedes recurrir al ‘te quiero’ y al ‘sin ti no soy nada’. Llega un momento en que ya lo has dicho y ya está.
¿Le gustaría volver a hacer más rock?
Bueno, hay gente que piensa que el rock que he hecho hasta ahora es de baratillo. A mí me gusta el rock clásico, el rock sencillo. Puedo escuchar cualquier tipo de rock, pero para hacerlo, digamos, que me gusta el básico de tres acordes, unas guitarras poderosas, una batería bien contundente y espacio para cantar. Lo que pasa es que, y no quiero que parezca una defensa, cuando llevas mucho tiempo, eres solista y además cantas canciones que no son propias te metes en berenjenales, en caminos que son inesperados incluso para mí misma.
Para mí hacer canciones en registros diferentes y en géneros distintos me da la oportunidad de imaginarme en situaciones diferentes.
¿Sigue siendo la misma que en el año 1982? ¿En qué ha evolucionado?
Creo que soy igual, aunque no exactamente, porque uno de los objetivos de la vida es ser cada vez mejor en muchos aspectos. En la música, mi objetivo, lo digo de manera muy sencilla, es progresar, mejorar… Y en la vida también un poco eso. Creo que mi carácter es idéntico. Algunas cosas están pulidas, algunos defectos quiero pensar que están un poco mejorados, pero en esencia soy la misma persona. Tampoco veo distinta la Luz que se sube a un escenario de la Luz que se baja de él. No hay dos personas, si acaso son muchas, pero no sólo dos. Además creo que soy la misma porque si no mi madre me lo hubiera notado y me lo hubiera dicho [se ríe].