Con versos de Neruda, Gil de Biedma, García Lorca o Alberti, Poveda despliega todo un abanico de extensiones del flamenco. También de Borges, Ángel González o Aute. Nada es recio o tradicional, pero todo bebe de ello. Con orquesta sinfónica, o piano solo, con arreglos más tipo latin-jazz o más pop recupera bellas historias que casan bien con la esencia y cuentan en frases cortas el hondo y profundo sentir.

Con naturalidad, el cantaor catalán presenta un trabajo para el que ha contado con la colaboración de Pedro Guerra y Luis García Montero y que incluye temas con Miguel Ríos, Ana Belén y Joaquín Sabina. También la aportación de otros dos viejos amigos, Joan Albert Amargós y Juan Gómez Chicuelo. Entre los poemas, su ya famoso Para la libertad, Romancero de la dulce queja o Guerra a la guerra por la guerra.

Con Poemas y sonetos para la libertad comienza su andadura hace cinco años, ¿cómo nace este proyecto?

A partir de que Pedro Guerra me envía un soneto de Federico García Lorca con música. Siempre habíamos hablado sobre cuándo me haría un tema porque nos admiramos mucho. Justo iba a empezar a grabar mi disco de flamenco Artesano y él me envió este soneto por si me encajaba.

Más adelante me comentó que Luis García Montero estaba haciendo una selección de poemas y que le gustaría que yo la escuchase, y fue enviándome y enviándome más. Todo eso en medio de mi grabación anterior. De repente me encontré con un material maravilloso de música y de sonetos que venía de la mano de Pedro Guerra y con Luis García Montero de por medio. Me pareció que era un proyecto muy atractivo para dedicarle tiempo y grabarlo en un futuro.

¿Qué papel ha tenido usted en la selección de los temas?

Pedro Guerra me mandó como treinta y tantos sonetos y yo fui escuchándolos. A medida que han ido pasando los años he ido incluyendo alguno en directo y a la vez haciendo algunas aportaciones.

Pedro me dio libertad. Tenía que hacer una selección de todos los que me enviaba y a partir de ella le pedí aportar algunos poemas o sonetos que yo venía cantando en directo como Para la Libertad, el Romance de la Dulce Queja o el poema de Gil de Biedma No volveré a ser tan joven, al que ya había puesto música hacía 10 años pero que no había grabado. También recuperar otro poema de Muñoz Rojas que había hecho antes, ya que había conocido al poeta. Por supuesto, Pedro Guerra me dio total libertad para aportar mi granito de arena.

«Cada poema de este disco te lleva a un lugar»

El sonido de este disco es muy variado, empieza más sinfónico, da un giro hacia el baile, pero a la vez tiene temas más desnudos… ¿Cómo lo definiría?

Creo que cada poema, cada soneto, te lleva a un lugar distinto, te activa posibilidades musicales diferentes dependiendo de la temática o de lo que quiera expresar. Además están reflejados poetas de épocas distintas que son de colores muy variados y, por lo tanto, cada poema tiene un carácter distinto a la hora de musicarlo. También ha influido el hecho de que Chicuelo haya participado en la música, de que Amargós haya hecho los arreglos y también parte de música y, por supuesto, Pedro Guerra y yo. Por todo eso se ha creado una amalgama que hace que el disco sea muy variado.

En uno de los temas, Donde pongo la vida, canta con Miguel Ríos y Ana Belén, ¿cómo ha sido colaborar con ellos?

Invité a Ana Belén a cantar conmigo en el Starlite del año pasado y decidiendo un poco el repertorio, como sabía que ella había hecho algún trabajo sobre Ángel González y lo conocía, pensé que le podía gustar. Ya lo había cantado antes Miguel Ríos. Es el único soneto de este trabajo que ha sido grabado anteriormente. Quedó tan bien que decidimos incluirlo en este disco. Le pedí que lo grabásemos y accedió encantada. Amargós hizo un arreglo perfecto para que las voces fueran al unísono con una construcción musical impresionante.

Luego, cuando ya estaba a punto de grabar me acordaba todo el rato de Miguel Ríos. Pensé que tenía que estar, que tenía que aparecer porque ha cantado ese soneto y yo le admiro profundamente. Al principio estaba un poco reticente, porque decía que no quería meter la pata, pero yo quería que lo hiciera. Realmente estoy muy feliz porque había grabado duetos antes, pero no con dos artistas a la vez en una misma canción.

Aparece también un tema escrito por Joaquín Sabina a Enrique Morente, ¿es un homenaje? ¿Qué supone para usted su figura?

Sí, le encargué a Chicuelo algo muy flamenco en ese sentido porque hablaba de Enrique, muy Omega. En él aparecen las frases de Joaquín Sabina sutilmente recitando. Para mí, Enrique, con ese espíritu de libertad, es admirable. Un artista que ha tenido la valentía de moverse sin prejuicios en el arte, con una admiración por la poesía, por otras músicas, por aprender, por crecer como ser humano, por ser comprometido… Para mí eso ha hecho que se convierta en un referente, además de como cantaor, ya que es un cantaor de 10, un genio del cante, por esa actitud frente al arte que me parece admirable. Por eso quería homenajearlo.

¿Intenta en este disco abrir el flamenco como hiciera él? ¿Es una forma de llevarlo a otros públicos?

Honestamente, no lo hago por abrirme a ningún público. Es verdad que he tenido la suerte de que, por tener cosas muy distintas, he podido acercarme más al público y, quizás, si sólo hubiese hecho flamenco no se hubiesen acercado a mi música o a mi persona. Sin embargo, el objetivo no es ese. De momento, lo que me mueve a hacer estas cosas es que me apetezca, que tenga necesidad de cantarlo. Hay diferentes vías por las que he llegado a hacer este trabajo más que por acercarme a otra gente. Luego, si se acerca, bendito sea. Estamos tratando con cultura y eso requiere cierto compromiso, aunque siempre te puedes equivocar.

¿Qué otras canciones del disco son especiales para usted?

Bueno, Romancero de la dulce queja me gusta mucho. La había cantado en directo y se había editado en un disco de directos, pero nunca la había grabado en estudio. Pasan los años, lo sigo cantando y es como si lo cantara por primera vez. Me emociona sobremanera la letra y Federico me encanta. Además, Chicuelo hizo una música muy acertada. Es como una pieza mía y forma parte de mi repertorio desde hace años ya.

Quizás escogería también El poeta pide a su amor que le escriba, también de García Lorca, así que se me nota la preferencia por este poeta. Fue el primer soneto que me envió Pedro Guerra, por lo que es un poco el germen de todo lo que se ha formado después.

«Mi alma necesita alimentarse de música»

Flamenco y poesía siempre han ido un poco de la mano, ¿qué tienen en común?

El flamenco es música popular. Tiene una forma tan sencilla pero tan directa y tan honda de hablar de la vida, de los sentimientos, del ser humano desde lo popular, que a mí me parece admirable. En muy pocas frases se dicen historias grandísimas, un mundo.

¿Es lector de poesía?

Sí, aunque no tengo mucho tiempo y le dedico mucho más a escuchar música. La mayor parte del día para mí es escuchar, escuchar y escuchar a compañeros y a gente que voy descubriendo. En fin, mi alma, mi espíritu, necesita alimentarse de música. Luego, de vez en cuando, cojo libros de poesía y voy subrayando las cosas que me gustan. Luego lo guardo y cuando lo vuelvo a coger, me vuelvo a encontrar con aquello que subrayé y que ya ni me acordaba. Le encargo a alguien que le ponga música, luego lo guardo y lo tengo ahí hasta que lo canto en algún directo y finalmente algunos tienen salida y escapan en este disco y otros están ahí pendientes.

¿Cómo va a llevar al directo este trabajo? ¿Llevará a la orquesta?

Hay presentaciones en las que llevaré a toda la orquesta y que será muy estilo art déco, que me gusta mucho, con ilustraciones de pantalla, y para el resto de la gira llevaremos un formato más reducido, porque el 21% no nos deja llevar más gente.

De todas formas, el formato pequeño que hemos creado para girar es perfecto. Suena como el disco. A veces, estos sonetos en un formato íntimo con Amargós y Chicuelo únicamente funcionan. En realidad, los sonetos por sí solos ya funcionan.

¿Cuánto hay de talento y cuánto de lucha y trabajo en Miguel Poveda?

Que yo mismo hable de talento es complicado. De lucha, lo que más. Por ejemplo, si me escucho cantar cuando tenía 17 o 18 años no me veo ningún talento, pero he intentado formarme y por mi constancia y mi amor por la música me he hecho a mí mismo y me he construido como cantaor o como cantante y músico. Todo ha sido a base de lucha. Supongo que así he desarrollado el talento, pero me da ya un poco de vergüenza hablar de eso. Soy muy crítico conmigo mismo. Eso sí, feliz de haber conseguido tantos logros con el esfuerzo, que es como se consiguen las cosas.

«Si me escucho cantar con 17 o 18 años no me veo ningún talento»

¿Lo ha tenido más difícil por no ser andaluz o no haber nacido en un territorio flamenco?

No del todo. He tenido mis críticas y mi rechazo por eso, desde algún sector, pero también he tenido el apoyo de la gente que no tiene prejuicio a la hora de escucharme, que ha sabido esperar y entender que tenía que crecer, madurar, y me han dado mi tiempo. Si me quejara sería injusto porque hay otros compañeros que son andaluces, que llevan muchos años en esto y que no terminan de arrancar por diferentes circunstancias. Yo he tenido la suerte de dar salida a todos los proyectos que se me han pasado por la cabeza, los que me han propuesto, y tengo que ser agradecido.

¿Su éxito puede deberse a que no se ha cerrado en un círculo al que están sujetos ellos?

No, más bien creo que si ellos no han despegado se debe a las circunstancias que se han dado en la cultura, ya que se ha ido devastando debido a una crisis económica muy fuerte que hace que asfixie el arte y el artista tenga menos posibilidades de salir y desarrollar su carrera.

¿Y en qué momento cree que se encuentra el flamenco?

Creo que talento hay. Hace dos días se inauguró una semana flamenca que me dedican en Palma del Río y el recital inaugural lo dio Antonio Reyes, un cantaor de Granada que me gusta mucho y que tuve la oportunidad de ver en primera fila. Aunque yo tenía la certeza de que hay mucho talento en el cante, ahí todavía me reafirmé más. Está Jesús Méndez, Rafael de Utrera, Arcángel, Argentina, Estrella Morente, Marina Heredia, muchos cantaores. Guitarristas ya ni te cuento. También compañías de baile que tienen propuestas muy interesantes, bailaoras y bailaores. Talento hay. Está muy vivo en ese sentido y me emociono con propuestas de compañeros jóvenes.

¿Faltaría apoyo?

Sí, claro. Además hemos tenido la mala suerte de que en estos últimos años se han ido pesos pesados del mundo: La Paquera, Enrique Morente, Paco de Lucía, Moraíto Chico… Hablamos de figuras muy relevantes que dejan un vacío impresionante y dejan a la juventud, a la gente joven, una responsabilidad muy fuerte. Pero talento hay. Hace falta que las instituciones crean en ellos y que los apoyen para que el flamenco siga vivo.

¿En qué momento le llega este álbum?

Profesionalmente supone un cambio en lo que he venido haciendo en los últimos años ya que he estado con la gira de Artesano, un disco de flamenco más tradicional. Es un momento en que un disco así te llena de ilusión y de aire fresco, una etapa en la que se culmina algo que con tanta ilusión se empezó a hacer, ya hace cinco años. Personalmente, también muy feliz. Este es un ingrediente más para apoyarte ya que a veces todo puede ser muy duro.

disco

 

 

Sonetos y Poemas para la libertad
Miguel Poveda
Universal Music
16,99 euros (orientativo)