¿Cuándo comenzó su inquietud por el arte?
Cuando era muy pequeña, pero nunca le daba tanta importancia como para tomármelo de manera profesional. Lo veía como una forma de expresión, de realización personal. Me centré en otros mundos, como el interiorismo, y dejé el arte para satisfacer mi propia necesidad de expresión, pero las personas de mi alrededor comenzaron a animarme para que diese el paso de exponer, y decidí arriesgarme. Inicié mi carrera desde muy joven pero he tenido la oportunidad de mostrarla a partir del 2006, cuando creí que era el momento. Me alegro de haber dado ese paso porque estoy viviendo los años más felices de mi vida. Es algo que llevo dentro. Es un mundo en el que no sabes dónde vas y por ello disfruto de cada momento y cuando el resultado es bueno la satisfacción es enorme.
¿Cómo definiría su pintura?
Como la de todos los artistas, ha pasado por muchas fases. Actualmente estoy en una etapa menos figurativa, pero siempre con mucha materia pictórica. Ahora utilizo mucho más color. Es una evolución y sé que seguiré evolucionando hacia formas nuevas. Lo mío es trabajar y crecer. Me encanta observar, investigar… Ahora me guío más por la abstracción, la cual te da una mayor libertad a la hora de crear obras más personales. Se convierte en tu concepto propio. Parece más fácil, pero lo importante es el equilibrio.
¿Cómo comienza un cuadro?
Normalmente, si hay una temática a seguir, me gusta leer y ver muchísima fotografía sobre ese tema. Actualmente, con Tierra, por ejemplo, me inspiré mucho en paseos por el campo, en las raíces de los árboles…en la misma naturaleza.
¿Qué técnicas emplea?
Utilizo mucho materiales orgánicos, pero sobre todo me gusta mezclar óleo con acrílico porque la reacción que tienen al juntarse conectan con lo que busco en una obra.
¿Cómo ha sido su evolución artística y temática en estos últimos años?
Mi sueño es que, pese al paso de los años y cambios de estilo dentro de mis cuadros, mi obra sea reconocible. Comencé con un estilo más figurativo, tuve una época en la que me fascinaba el cuerpo humano, pero es verdad que me sentí limitada por los temas. Me gusta innovar, crear cosas nuevas, evolucionar… La figuración es finita y ahora con la abstracción me siento más libre ya que tiene miles de posibilidades, pero sin dejar por ello de realizar algún que otro paisaje.
¿Cómo es su relación con su pintura?¿Qué hay de usted en ella?
Cuando terminas una obra y ves que el resultado responde a lo que buscabas quieres que se aprecie, que el público capte lo que quieres transmitir. Dentro de cada obra hay una buena parte de ti, porque buscas expresarte en cada una de ellas. Cuando tengo una idea no paro hasta materializarla, por ello todas mis obras hablan de mí.
Hablemos de su último proyecto, Tierra.
La verdad es que es un tema de mucha actualidad pero que llevo pensando desde hace mucho tiempo. Lo que quiero es transmitir la belleza de nuestro planeta. Intento aproximarme a ella a través de mi interpretación: volcanes, paisajes, icebergs…Es muy bonito poder defender lo que estás interpretando en las obras que realizo. La naturaleza te ofrece muchísimas posibilidades.
¿Cómo se siente al ver su obra subastada?
La verdad, cuando salió mi obra a subasta fue todo como un juego. Te llenas de inquietud sobre quién va a pujar por ella y cómo saldrá todo. Lo que hace es que te anima mucho a seguir adelante.
¿Cuáles son los artistas que más le ha influido?
Picasso, por su fuerza y evolución a lo largo de toda su carrera artística. Me gusta su época más dramática, porque siento que en ella saca toda su energía. Es un verdadero ejemplo a seguir. Me gusta coger el pasado y rejuvenecerlo. Me inspiran mucho los artistas de El Paso, el arte asiático, especialmente el arte chino, tanto clásico, por su limpieza, como los artistas más contemporáneos. Pero, por encima de todos, me apasiona la obra de Anselm Kiefer.
Madrid. Belén Ordovás. Galería Skimo Arte. c/ Velázquez 111.
Hasta el 28 de febrero.