«La pintura es una forma de pensamiento», afirma con seguridad. «Mis cuadros contienen más preguntas que respuestas», reconoce y asume que en ese interrogarse emergen esas pinturas que se van estructurando en series.
Sombras de una intersección, la exposición que hasta el 30 de agosto permanece abierta en la Fundación Pons de Madrid, ciudad en la que vive y trabaja desde 2005, vuelve a evidenciar el elevado contenido narrativo de la obra plástica de Costa. Relatos que, entre colores, luces y sombras tienen en el amor y la muerte buena parte de su fundamento.