[La fotógrafa de Monte Verità centra su cámara en la primera comuna hippie de la historia, ubicada a comienzos del siglo XX en los Alpes suizos, sobre el Lago Maggiore. Un lugar en el que compartieron su tiempo artistas e intelectuales como Hermann Hesse, Jean Arp, Paul Klee, Mary Wigman, Isadora Duncan, Hugo Ball, Hans Arp o Carl Gustav Jung].
Nacido en Uster, Suiza, en 1970, Jäger estudió dirección y guion en la Filmakademie Baden-Württemberg. Miembro de las academias de cine suiza y europea y propietario de la productora tellfilm GmbH Zürich, actualmente dirige el Departamento de Guion de la Universidad de las Artes de Zúrich.
Reconoce Jäger que han pasado décadas -«aún era estudiante y no tenía claro que mi destino estaba en el cine”- desde el día en que comenzó a rondarle la idea de contar la historia de la comuna de Monte Verità. “Cuando visité el lugar por primera vez me fascinó. Pasó el tiempo y cuando la escritora Kornelija Naraks me mostró el guion centrado en aquello supe que era para mí. Que tenía que rodarla».
«Desde siempre me interesan las cuestiones del pasado que pueden ser tratadas y confrontadas con la realidad actual y Kornelija logra crear un vínculo con el presente. Lo que se aborda en la película desafortunadamente sigue estando de actualidad y escudriña la posición de la mujer en nuestra sociedad actual. Porque, ¿qué tan libre es una mujer que aún sabe que le pagan peor por su trabajo que a su contraparte masculina? ¿Cuánto puede dedicarse a sus ambiciones si todavía le hacen sentir que su deber está en la familia, incluso por personas liberales que enfatizan la apertura y la libertad como paradigma de vida?”.
– ¿En qué otro sentido las propuestas de Monte Veritá siguen siendo relevantes?
Lo que los fundadores buscaron en Monte Verità fue la confrontación con temas que todavía son plenamente candentes hoy: ¿Cómo podemos vivir en armonía con la naturaleza? ¿Cómo se puede participar en un grupo por el bien común pero también permitir que el individuo se desarrolle libremente? ¿Cómo se sana el alma? ¿Qué influencia tiene la nutrición en nuestro bienestar? ¿Cómo se hace frente a la propagación del cambio que sacude el espíritu humano? ¿Cómo una sociedad puede aprender de las utopías de unos pocos y difundirlas para logar un cambio mayor? Todo eso tiene hoy plena vigencia.
– Pero, el personaje de la protagonista es ficticio…
Sí. Lo que contamos es real pero el personaje de la fotógrafa es ficticio pues, de hecho, se desconoce quién es el autor o la autora de las casi quinientas fotos de Monte Verità que existen. Al crear ese personaje podíamos centrarnos en el núcleo de la historia: ¿Cómo puede tener éxito la liberación de la protagonista y a qué coste? ¿Cómo se las arregla para anteponer el arte a la familia sin que los espectadores la condenen y entiendan que su principal interés es dar prioridad al descubrimiento de su identidad porque ha crecido en una sociedad que casi no le dio ninguna posibilidad de autorrealización? Consideramos que comprimiendo la historia y dándole un matiz ficticio podemos narrar algo que resuena con más fuerza en el presente que la retrospección histórica objetiva.
– ¿Cómo se documentó?
Hay varios documentales y libros sobre Monte Verità que inspiraron nuestra investigación. Naturalmente, el trabajo de Kornelija Naraks es esencial. Además, con el historiador Andreas Schwab, autor de Monte Verità. Sanatorium der Sehnsucht, tuvimos un asesor de nuestro lado que nos proporcionó valiosas aportaciones. También contamos con un experto que nos ayudó a entender el funcionamiento de esas cámaras tan primitivas que se ven en la película. Por otro lado, de los trabajos de la bailarina y coreógrafa estadounidense Loïe Fuller rescatamos en Madrid el material original de sus archivos, en los que está inspirado el gran baile del filme.
– ¿Cómo ve desde la perspectiva actual a los personajes históricos que aparecen en la película?
Por mencionar a algunos de ellos, Ida Hofmann, una de las fundadoras, luchó con vehemencia por los derechos de las mujeres y por el autodesarrollo individual. En aquel entonces se topó con mucha oposición, incluso dentro del grupo fundador hubo conflictos debido a sus opiniones y demandas radicales. El médico Otto Gross fue un defensor de la eutanasia asistida pero también un psicoanalista controvertido, cuya empatía por sus pacientes mujeres ya era motivo de escándalo en su día. Vista desde hoy es una figura que sería extremadamente polarizadora en su ambivalencia. Lotte Hattemer, hija del alcalde de Berlín y también fundadora de Monte Verità, buscaba a través de su rechazo radical a la civilización un camino de regreso a la naturaleza, algo que también representa a muchas personas que anhelan ese objetivo en nuestro presente. Isadora Duncan fue una de las primeras bailarinas modernas. Como artista buscó un camino que nadie había recorrido antes que ella. Hermann Hesse encontró su verdad interior en Monte Verità, que marcó el trabajo creativo de su vida y con el que aún hoy nos conmueve.
Por otra parte, la comida vegana de Monte Verità, la apertura a todos los puntos de vista, el intento de vivir en armonía con la naturaleza y las influencias de muchas otras colonias de artistas de toda Europa convirtieron el sanatorio en un faro cuya luz aún se palpa.
– ¿Cómo preparó el rodaje?
Mientras me preparaba para la película me di cuenta de que La fotógrafa de Monte Verità exige algo más que la perspectiva del director. Así que pensé en cómo, allá por 1900, cuando se fundó, la cooperación había funcionado. Al tratar de permanecer abiertos, escuchando a todos los interesados y confiando en sus conocimientos instintivos pero también prácticos, creamos una visión conjunta que, con suerte, se acerca al lugar y muestra algo que experimentamos juntos. También me gustaría considerar este tipo de cooperación en mis futuros esfuerzos creativos. Además, las búsquedas de localizaciones que realicé en Tesino me enseñaron a experimentar realmente la naturaleza. Junto con la guionista Kornelija Naraks incluimos localizaciones que hoy siguen siendo las mismas de entonces: intactas, salvajes y atemporales.
– ¿Qué reacción le gustaría provocar en el espectador?
Pretendo que se conmuevan con la historia de una mujer fuerte, pero también que se dejen llevar por una fase fascinante, poco después de la fundación del sanatorio de Monte Verità, en el que un pequeño pueblo cerca de Locarno, en el Cantón del Tesino, creó y provocó un furor mundial que todavía resuena.