Durán trabajaba en el ámbito de la construcción hasta que se vio sorprendido por el desempleo. Replanteándose su vida profesional, retomó los pinceles hasta que, experimentando, comenzó a recortar sus diseños en hojas, su seña de identidad artística.

«De alguna forma he conseguido unir el contexto natural con el contexto creativo, y eso es lo que hasta ahora me está dando frutos. Aparte de que te va formando y te va convirtiendo en otro tipo de persona», confiesa el artista en el cortometraje que plasma en imágenes 24 horas en su vida.

Producto de la crisis

Quien se considera «un producto de la crisis», que busca el impulso creativo cada vez que sale a pasear por la naturaleza, cree en la constancia y el empuje del arte por encima de todo: «Cuando te llega una idea, estás casi convencido de que puede salir adelante a pesar de las dificultades».

Sus obras forman parte de las colecciones permanentes de centros artísticos como el MacS (Museo Arte Contemporanea Sicilia, Italia) y The Peabody Essex Museum (Salem, Massachusetts, Estados Unidos) y han sido plasmadas en libros como Big Art / Small Art (2014) y Plant Kingdom (2015).

En estos momentos, Durán colabora con la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido) para desarrollar tejidos utilizando hojas vegetales, con el fin de sustituir la experimentación en animales vivos.