Con todas las entradas vendidas, el multiinstrumentista francés que conquistó medio mundo con la banda sonora de Amélie, presenta este sábado en La Riviera madrileña su último trabajo, Infinity, un disco que puede parecer más apegado a la corriente new age, pero que mantiene su personalidad y encanto. Es electrónico y acústico a la vez. Es instrumental y vocal al mismo tiempo. Es un disco rural, pero con las inquietudes de cualquier urbanita.
«No sé si la música llega para quedarse o está de paso»
“Pienso que siempre que seas honesto en lo que haces, en la música o en lo que quieras, puedes seguir tu propio camino, el camino que tú elijas. La música que incluye la película Amélie es la que hice en mi primer, segundo y tercer álbum. No tengo que escaparme de ella porque está realmente lejos. La del primero se grabó en 1995 y luego fue nominada por la película en 2001, así que… En realidad no sé si la música llega para quedarse o está de paso”, confiesa a través del teléfono el compositor francés.
Infinity fue compuesto a partir de una estancia en Islandia. Para Tiersen la idea básica del álbum era grabar la materia prima con instrumentos de juguete y luego añadirle elementos electrónicos para poder transformarla. «Pienso que es muy interesante grabar una versión acústica si quieres hacer un álbum con este tipo de instrumentos y luego intentar encontrar algo que lo eleve todo a la categoría de música electrónica. Me gusta la idea de crear canciones con elementos que pueda transformar y convertir en nuevas canciones. Es una manera de escribir bastante diferente de la manera convencional de hacerlo”.
Reconoce que no hay un mensaje específico en el álbum. Habla sobre las piedras y sobre lo que sintió cuando vivió durante durante dos semanas en el norte de Islandia. “Trata principalmente de la naturaleza y del medio ambiente porque todo eso es lo he tenido muy presente de manera inconsciente a la hora de componerlo”.
No le gusta iniciar un trabajo en su casa porque siente demasiada presión al levantarse por la mañana y saber que tiene que empezar un disco, así que prefiere irse al extranjero y encontrar un lugar para ese germen, para esa punta del iceberg. Luego vuelve a casa y continúa con el proyecto. “Islandia era el lugar perfecto para ello y disfruté mucho del país. Me encanta la gente, tengo un par de amigos allí… Fui en enero, en medio del invierno, una época en la que te tienes que quedar dentro de casa. Después volví a Francia y terminé el álbum”, relata el músico.
«Quiero hacer un disco con sonidos que recoja en lugares de todo el mundo»
Los idiomas y el lenguaje están muy presentes en el disco ya que Tiersen combina el bretón, el islandés y el feroés en él. “He querido utilizar el bretón porque es un idioma de mi país. Mi novia escribió una canción en ese idioma llamada Ar Maen Bihan, que luego se tradujo al islandés y que tiene mucho sentido por el origen del álbum. Además, Ólavur Jákupsson, uno de los músicos que me acompaña en la gira, escribió el tema Grønjørð, que habla de las piedras, en feroés. Creo que es muy bueno mostrar tres lenguas que hablan sobre tres islas”.
Sumergido en la gira de Infinity, al músico le gustaría empezar a trabajar en su próximo disco, para el que volverá a grabar con instrumentos en acústico pero en el que además incluirá sonidos que recoja en lugares de todo el mundo.