Acordes con el estilo periodístico de la protagonista, directo, sencillo, claro, agudo, irónico y un tanto novelesco, El Caso de Margarita Landi es el relato de lucha y superación de una mujer dura e inquebrantable, una mujer libre y adelantada a su tiempo que se especializó en un género periodístico propio de hombres, como era el de sucesos, para convertirse en una auténtica periodista de raza.
Al hablar del origen del libro y qué les llevó a escribir sobre Landi, Velasco y Ventosa comentan que Javier tiene una estrecha relación con Joaquín Abad, último director de El Caso. Visitando su oficina se topó con unos tomos del semanario encuadernados por semestres y empezó a ojearlos. Le llamaron tanto la atención que rápidamente pensó que Landi merecía un libro. Localizó a las nietas y se puso a recabar las obras que ella había escrito. Ahí se incorporó Maudy y comenzó la investigación, que fragua ahora en el libro.
—¿Cuáles han sido las fuentes esenciales de documentación?
Fundamentalmente, los archivos familiares, documentos, fotografías y entrevistas que guardaba su familia, tanto la nieta, Macarena Torres, como su marido, José Manuel, también su nieta Rocío, que desde Inglaterra nos proporcionó muchas fotografías del archivo personal de su abuela. Además, la Hemeroteca Municipal de Madrid nos dio todas las facilidades del mundo y nos aguantó con nuestras demandas de los microfilmes de El Caso. También mantuvimos entrevistas con directores de la revista como Juan Caño o Joaquín Abad. Y, por supuesto, analizamos con minuciosidad la información que proporcionó la familia y los artículos que se habían escrito sobre ella y los que escribió para El Caso, los cuentos que publicaba en revistas como Gisela, La Moda de España… y las múltiples colaboraciones que hizo en diferentes programas de televisión como Código 1, La palmera o Mis crímenes favoritos.
[Al contar su historia, los autores trazan también la crónica social de la España más profunda y negra. En 2024 se cumplen veinte años del fallecimiento de esta pionera. Es hora de que se conozca a la verdadera Margarita Landi y de que su memoria no quede en el olvido porque, como afirman Javier Velasco y Maudy Ventosa, «su figura y su labor contribuyeron a que otras mujeres siguieran su camino y su ejemplo en una profesión que hasta entonces les estaba vedada».]
—¿Cuál ha sido el objetivo fundamental a la hora de contar su historia?
De Landi se conoce su trabajo como reportera criminal y, quizá, el de cronista de moda y sociedad. Pero apenas se sabe nada sobre su vida privada y familiar, y aún menos sobre sus orígenes y las difíciles circunstancias que atravesó desde niña y que componen una biografía de película, llena de innumerables sucesos apasionantes, misteriosos y, también, trágicos. Huérfana desde niña, vidente capaz de hablar con fantasmas, vivió la pobreza de la posguerra hasta que, en los años 50, comenzó a abrirse camino en el mundo del periodismo donde pronto sería conocida como la reportera que vestía pantalones, conducía un descapotable, fumaba en pipa y era capaz de llegar antes que la policía a la escena del crimen. Fue redactora durante treinta y cinco años de El Caso, uno de los periódicos más populares en el morboso imaginario de los años sesenta y setenta, de aquella España cohibida en la que ni se mataba ni se pecaba, y de Interviú. Luego, entre 1991 y 2002, trabajó en RTVE, en programas de sucesos como La palmera, Código uno y Así son las cosas, y en Telemadrid, donde presentó Mis crímenes favoritos.
Nuestro objetivo fundamental ha sido rescatar la imagen de la periodista más importante que ha tenido nuestro país en la investigación criminal, pionera indiscutible del true crime, que está tan de moda en estos momentos, a la vez de presentar una crónica social de una España que muchos no conocen. Ella se adelantó en más de cincuenta años a los periodistas que en la actualidad escriben sobre crímenes.
—¿Cómo definirían a esta peculiar profesional?
Rigurosa a la hora de presentar la realidad; sin prejuicios, porque entrevistaba de la misma manera a la familia del asesinado y a la del asesino; sagaz, trabajadora inquebrantable que abandonaba todo por ir en pos de la noticia; rápida, porque llegaba la primera al lugar del crimen; directa, porque presentaba los hechos sin enmascararlos; aguda en sus análisis; irónica a pesar de la gravedad de los hechos, y mostraba sus opiniones a pesar de la férrea censura que imperaba en la época. Una periodista de raza que buscaba conocer el porqué de las motivaciones de los asesinos o delincuentes.
—¿Y como mujer?
Fuerte, porque tomó decisiones que marcaron su vida con muy pocos años –se casó con apenas dieciocho y se pasó de bando poniendo en peligro su vida durante la Guerra Civil; abandonó a su marido enfermo para procurarle medicamentos y forjarse una vida con un hijo de cuatro años– y fue capaz de brillar con luz propia en un mundo de hombres enfrentándose a múltiples dificultades. Cercana con los que sufrían; empática. Escondió su propio dolor y se centró en el que sentían los demás. Fue una mujer adelantada a su tiempo, independiente, libre, cuando el papel que les adjudicaban era totalmente secundario.
—Hablan de errores y equívocos difundidos en torno al personaje, ¿cuál sería el más notorio?
Nunca tuvo un coche descapotable y mucho menos rojo, a pesar de que la llamaban «la rubia del descapotable». Su coche era un Volkswagen Karman Ghia de color negro. Nació en Madrid, en la calle Cardenal Cisneros, y no en Málaga como parte de su familia paterna; tuvo dos hijos y solo uno sobrevivió, Ángel, y no tres como también se ha dicho.
—¿Y el descubrimiento más llamativo al ahondar en su historia?
Hemos descubierto muchas cosas que nunca habían salido a la luz, por ejemplo, que se casó dos veces con el mismo hombre, una infancia desgraciada, el terror que vivió en la guerra, en el colegio, en casa de su tío Paco Verdugo y luego con su marido. Estuvo perseguida por la Ley de Responsabilidades Políticas y no le convalidaron, después de la guerra, sus títulos de enfermera y bachillerato. Su estancia en Panamá durante cuatro años es todo un misterio y, a su regreso, acompañó a los emigrantes españoles que iban a Alemania para sacudirse el hambre que pasaban en nuestro país. Protagonizó el Consultorio de Peggy y otro para ayudar a los emigrantes… Tantas cosas, que parece una vida de película, pero fue real.
—¿Hablamos de una forma de hacer periodismo ya extinta?
Por supuesto. Ella se quejaba, en los últimos tiempos, de que habían desaparecido los porteros y los serenos, que se conocían la vida y milagros de los vecinos, y de que ahora la información que daba la policía era igual para todos los periodistas en una breve rueda de prensa.
—¿Qué enseñanza se deriva de su forma de enfocar la profesión?
A los periodistas de El Caso se les acusaba de inflar las noticias para vender, algo que era cierto en parte. Los titulares sí eran sensacionalistas, pero no los artículos de Margarita Landi. Siempre afirmó que callaba mucho más de lo que decía. En este momento venden los escándalos y airear las miserias más íntimas de los implicados. Ella nunca lo hubiera hecho de esa manera tan burda.
—¿Con qué mensaje les gustaría que se quedase el lector del libro?
Que la pasión por una profesión tiene un precio: en este caso, dejar a la familia a un lado. Algo que ella supo conjugar porque, a pesar de la distancia, mantuvo siempre una relación cercana y estrecha con su hijo. Que la profesionalidad, la constancia, la rigurosidad, el ingenio y el esfuerzo, al final se premian. Que no todo vale en esta vida, la venganza destruye al que la ejecuta.
El caso de Margarita Landi. La rubia del velo y la pistola [1]. Javier Velasco Oliaga y Maudy Ventosa. Alianza editorial. 448 páginas
Los autores
Javier Velasco Oliaga es licenciado en Ciencias de la Información y máster en Comunicación Empresarial. Periodista desde hace cuarenta años en prensa y radio, actualmente es editor de la revista literaria Todoliteratura y colaborador del programa Sexto Continente (RNE). Sus relatos han aparecido en varias antologías, como Amor fou, Imposible no comerse o Rulfo, cien años después. En 2023 publicó junto al periodista David Yagüe Entrevistas con historia, en el que entrevistaba a reconocidos escritores de novela histórica.
Maudy Ventosa es diplomada en profesorado de Educación General Básica y licenciada en Psicología del Trabajo y Pedagógica por la Universidad Complutense de Madrid. En la actualidad colabora como articulista en Todoliteratura y en www.laslecturasdeguillermo.