¿Por qué esconderse bajo un seudónimo?
X. Trabajo en el sector financiero para un banco. Soy un banquero que está pidiendo el fin de la banca. La razón por la que me decidí a denunciar la situación es porque la única forma de explicar la complejidad de la maquinaria en la que se ha convertido el sector financiero es hacerlo desde dentro tras ver y conocer el día a día del sistema. Me uní para esta empresa con Jürg Müller, que es un académico, para unir dos perspectivas: la práctica, que es mi parte, y la teórica que es la de Jürg.
¿Cómo surge El fin de la banca como libro?
Müller. Hemos tardado años en escribirlo. Empezamos en 2011 y la verdad es que hemos reescrito los textos muchas veces, intercambiando lo que cada cual había escrito. Hemos intentado ser muy precisos y nos sentimos como una sola persona. Como un único autor.
Sostienen ustedes que la banca ha estado a punto de acabar con el actual sistema financiero, ¿por qué?
X. Nosotros no queremos cargarnos el sistema. La banca es una forma de organizar el sistema financiero. Es una actividad que consiste en crear dinero a partir del crédito. En su tiempo era muy útil pues ayudaba a organizar el dinero y el crédito en nuestra economía. Pero esa época pasó, pues era un modelo de negocio muy frágil. Hemos visto pánicos bancarios ya al principio del siglo XX y desarrollamos un marco en torno a toda esta situación analizando garantías y regulaciones. Llegamos a la conclusión de que eso funcionó bien durante la época industrial, pero ya no. La revolución digital trae el cambio pues sacó a la banca de una situación de papel y bolígrafo. Y este marco se ha demostrado que ya no es útil. La fragilidad entró en el sistema. Y si no podemos controlarlo tenemos que eliminarlo. Lo mejor es que esta revolución digital que nos ha traído hasta aquí está permitiendo organizar el sistema de otra forma. De una forma mucho más descentralizada, que es mucho mejor que el sistema bancario de hoy día. La opción digital será mas eficiente, será mas estable y más justa en todos los aspectos.
Utilizan como patrón del análisis el sistema norteamericano, ¿el peso de los políticos en el control de la banca es similar en Estados Unidos y Europa?
X. Toda nuestra economía está organizada como un mercado en el que competir. Eso está así asumido para el bien de nuestra sociedad. Pero el corazón del sistema financiero y de nuestra economía está excluido de estas normas. Está fuera. Es como una asociación público-privada del que se ha ido perdiendo el control. Llegó la crisis financiera que provocó tanto desempleo. Lo mismo ocurre en el aspecto público, en los políticos. Esta forma de banca está corrompiendo la economía y la política también. La buena noticia es que la banca está modulada por la política y eso supone que la decisión de acabar con la banca también será una decisión política. El peso que tienen los políticos en ese marco va a ser importante. El dinero sostiene a los políticos, y los gobiernos, a su vez, garantizan a los bancos. Eso sucede así en todo el mundo. Hay que romper esa dinámica.
Abogan ustedes por una especie de humanización de la economía. ¿Sobre qué patrones?
Müller. Voy a comentar mi punto de vista que es más abstracto. Por un lado veo la economía real y por encima de esto tenemos el sistema financiero y esa es la parte esencial a la que se refiere nuestro libro. El sistema financiero organiza todas las actividades del sistema real, que es el que está debajo del financiero. Hasta la época digital todo eran hojas de balance y papel. Pero ahora con la revolución digital tenemos la posibilidad de reconfigurar el sistema y descentralizarlo, lo que permitirá que nosotros como individuos podamos interactuar directamente con las empresas, con las corporaciones, etc. Eso fomentará la innovación y la creatividad. Nosotros basamos la responsabilidad en la sociedad.
X. Todo esto incide en nuestra vida diaria, en nuestras decisiones. Si tenemos más transparencia en el sistema financiero tendremos una economía más próspera, más justa y más equitativa. A día de hoy, nuestro dinero está en la cuenta del banco y no tenemos control de lo que hace el banco con él. Pueden prestarlo a una fábrica de armas o a empresas que dañan el medio ambiente o a entidades que ignoran sus responsabilidades sociales. Los bancos no se preocupan de esto, sino del retorno, del rendimiento. Pero si las conexiones son más directas uno se hace directamente responsable de su dinero, y de lo que con él se hace. Uno se empodera y puede decidir donde se va a invertir su capital. Cada individuo se hace responsable porque es cada uno el que decide quien recibe su dinero. Qué empresa merece recibirlo. En definitiva, como particulares nos preocuparemos más por lo que se haga con nuestro dinero que una institución bancaria.
Müller. El crédito alude no sólo a lo monetario, sino también a la confianza global. Sopesamos si alguien se merece nuestro crédito. Llegamos a la idea de que la confianza va mucho más allá del dinero.
¿Cómo explicar al ciudadano normal, no experto, como sería un mundo sin banca y cuales serían los beneficios inmediatos de ese cambio?
Müller. El primer punto es muy atractivo porque tenemos que señalar que el cambio atañe sobre todo a lo que está detrás de la superficie. Todo el entramado que está detrás. En ese sentido, en primera instancia el funcionamiento será similar al actual, respecto a utilización de tarjetas, etc., pero en la economía real y global será mucho mejor pues se evitará el desperdicio de recursos y la desigualdad.
X. La gente tiene que saber que la banca no ha surgido de la nada. El dinero y el crédito siempre han sido cuestiones políticas. Temas directamente relacionados con la política y eso podemos cambiarlo. Nosotros no queremos cambiar a la gente, sino arreglar ese fallo que hay en el sistema y eso es posible con la revolución digital. No es una utopía.
Si miramos hacia el futuro próximo, ¿ven la posibilidad de una nueva crisis económica?
Müller. Los indicadores muestran que los niveles de deuda son increíbles y hablan de la fragilidad del sistema. Los bancos tienen tantos beneficios como antes de la crisis. Estamos como antes de la crisis y es una cuestión de tiempo que se produzca otra gran crisis financiera, y no será en un plazo muy largo.
¿Qué hacer ante esa posibilidad?
Müller. No deberíamos caer en el error de la pasada crisis, que fue salvar el sistema y continuar como si no hubiera pasado nada. No culparía a los gobiernos por haber rescatado el sistema de 2008, pero si los culparía por no haber cambiado aquello que ha salido tan mal y que ha provocado tanto sufrimiento. La próxima vez se debería rescatar a las personas haciendo que el sistema bancario vaya desapareciendo. Creo que es importante transmitir el mensaje de que el sistema no funciona y, en consecuencia, hay que cambiarlo. También los políticos tienen que ser conscientes de esa realidad y estar preparados para la próxima crisis.
X. Hay la idea de que de los bancos son muy poderosos y no se puede luchar contra ellos, pero la fuerza y la convicción de la gente hará posible el cambio. Un cambio, desde nuestro punto de vista práctico, totalmente necesario.