Activista y militante de movimientos sociales con una presencia sólida y continuada en redes, Ayamonte se graduó en Estudios Ingleses y cursó másteres en Enseñanza y Literatura con Perspectiva de Género. Quien se muestra convencida de que “la lectura es hoy más necesaria que nunca”, compagina su labor como escritora con el fomento del hábito lector a través de charlas en colegios e institutos. Tras publicar seis novelas dirigidas al público juvenil, con Las niñas salvajes dio el salto a la narrativa adulta que tiene su continuación ahora en Las aguas sagradas.
[Granada como escenario de Las aguas sagradas. La misma ciudad en dos tiempos muy diferentes: los años 50 y el 2021 de la época por la que transitamos. Entonces, a mediados del pasado siglo, la ciudad del Darro se encuentra sumida en el tipo de silencio que solo deja tras su paso una tragedia. La tierra se ha abierto en dos y ha devorado todo lo que estaba a su alcance. Salvo a un niño, que ahora mira asustado los escombros mientras asume que su vida acaba de cambiar para siempre.
Ahora, junto a la vera del río granadino, con evidentes signos de violencia, aparece el cadáver de un hombre en una posición que recuerda al caso que resolvió Jimena Cruz cuatro años atrás y cuya identidad del asesino solo conoce ella. Ante el temor de que pueda estar de regreso, y pese a que no comparte criterios ni simpatías con la policía, se sumará a la investigación en un intento por esclarecer este nuevo caso. Y lo hará con una única condición, crear su propio equipo.
Ese grupo de expertos pronto descubrirá que nada es lo que parece, ya que una serie de pancartas han empezado a inundar las calles de Granada y en ellas se vaticina cómo aparecerá la próxima víctima. El equipo, entonces, se dará cuenta de que están ante algo mucho más oscuro y que nada de lo que habían dado por sentado les servirá frente a lo que está aconteciendo].
– ¿Cómo definiría Las aguas sagradas?
Diría que es una novela negra con tintes históricos y políticos que aborda cuestiones patrimoniales y de memoria para construir una trama que busca atrapar al lector y mantenerlo en vilo.
– ¿Cuál es el objetivo esencial que se marcó al escribirla?
Sobre todo que cuando el lector terminara la novela se quedara reflexionando sobre las cuestiones que plantea. Con eso y entretener me doy por satisfecha.
– Ya desde las páginas iniciales se percibe un juego de espejos en el que nada es lo que parece. Verdad y mentira se mezclan. ¿Estamos ante una baza con la que la autora confunde al lector para atraparle?
¡Sí! Yo diría que es una estrategia que sirve para atrapar al lector y jugar con su mente. Además, a mí me gusta la psicología de personajes y utilizarla también para conectar con el lector.
– Al cerrar el libro el lector se siente, por ritmo, estructura e imágenes, ante una obra muy cinematográfica. ¿Ha pensado en su posible adaptación al cine?
¡Lo he pensado muchas veces! Me encantaría que se adaptaran tanto Las niñas salvajes como Las aguas sagradas. Son novelas muy visuales y, además, creo que Granada es una ciudad que haría justicia a nivel cinematográfico. Imaginemos una película o serie thriller ambientada en los callejones del Albaicín, frente a la Alhambra.
– ¿Por qué acercarnos a este libro?
Creo que si el interés del que partimos es la novela negra, la crítica social y las tramas adictivas, este libro cumplirá esos intereses.
– ¿Con qué mensaje le gustaría que se quedase el lector?
Sobre todo con lo que comento en la carta final de autora, que la mayor parte de las cosas que se cuentan que están en el trasfondo de la historia no son ficción; sino cuestiones históricas que han ocurrido. Creo que si quitamos el tema de los asesinatos nos queda una historia cruda y negra; la única diferencia es que esa es real, ha ocurrido de verdad.
– El fomento de la lectura forma parte de sus actividades. ¿En qué sentido la lectura es un acto de creación?
Muchos venimos hechos lectores casi de serie; con familias a las que les apasiona la lectura y lo fomentan en sus entornos. Pero hay otros que necesitan un empujón para disfrutar la lectura como método de ocio. Yo trabajo sobre todo con adolescentes en institutos y te das cuenta de que cuando vas allí, te subes al escenario con un micro, les cuentas tu historia y los animas a leer… al final creas lectores. Al menos uno va a empezar a leer a partir de ese día y para mí ese uno es más que suficiente para seguir fomentando el hábito lector y creando lectores nuevos.
– Afirma usted que la lectura es, en estos tiempos, más necesaria que nunca, ¿por qué?
En una era en la que el exceso de información está a la orden del día; donde debemos ser productivos sin parar y convivimos con tecnología las horas que estamos despiertos, necesitamos un método de desconexión que, además, nos aporte otro tipo de información. Para mí eso es la lectura. También porque es una evasión de la realidad y, generalmente, nuestra realidad no suele ser fácil si no cumples las expectativas que el mundo en el que vivimos te genera: encontrar trabajo, ser el mejor, comprar una casa, tener una familia, vivir sin ansiedad…
– ¿Qué libros marcaron su vida como lectora?
Muchos. Diría que en mi infancia C.S. Lewis con la saga de Narnia fue el detonante para que no pudiera dejar de leer. No solo me abrió el mundo de la literatura juvenil; además me descubrió la fantasía y la magia.
– ¿Y qué autores le marcaron como escritora?
Como escritora me ha marcado mucho la poesía: Lorca, Elvira Sastre, Pizarnik… Además, también ensayistas como Silvia Federici; o autores de ficción como Stieg Larsson, Toni Morrison o Alice Walker.
– Recomiéndenos tres lecturas imprescindibles para seguir viviendo/leyendo…
Mis tres imprescindibles son El papel pintado amarillo de Charlotte Perkins Gilman, Circe de Madeline Miller y Ojos azules de Toni Morrison.
– Literatura para jóvenes, novela negra… ¿En qué género se siente más realizada?
Creo que en este momento concreto de mi vida con la novela negra porque me permite explorar sutilmente el género histórico. Pero también me llena escribir literatura juvenil para institutos, pues ahora mismo solo me dedico a escribir para jóvenes libros que leen como “lectura obligatoria” en secundaria.
– Finalmente, ¿tiene ya entre manos alguna otra obra?
¡Sí! En septiembre publico otra novela de prescripción (de lectura para institutos). Además acabo de terminar otra obra juvenil para institutos y estoy empezando a trabajar en la próxima novela negra. ¡Estoy muy emocionada con esto último!