¿Qué es Adelaida & Coco?
Adelaida & Coco es una divertida novela gráfica que puede disfrutar cualquier persona, pero sobre todo si pasas horas delante del ordenador. Y ya si vives en un apartamento con tu gato te sentirás doblemente identificado. Es una novela gráfica del siglo XXI para divertirse y de paso reflexionar sobre la vida moderna con un animal de compañía.
¿Cuál es el mensaje que se deriva de este a modo de parábola que es Adelaida & Coco?
No creo que haya un solo mensaje; puede haber varios, tantos como el que cada uno decida extraer del libro. Se me ocurren por ejemplo los siguientes: vive el presente, haz más caso a quien tienes al lado y aprende a practicar más zen con tu gato.
¿En qué difieren el cómic y la novela gráfica?
Me parece que esa distinción nació hace tiempo para separar el concepto humorístico de tiras cómicas que se publicaban periódicamente de la novela gráfica, que era una obra completa desde el comienzo y con una tendencia más literaria. Pero hoy por hoy creo que no hay ninguna diferencia substancial.
¿Qué ventajas aporta este formato literario?
La libertad que te da y el poder del dibujo. El hecho de ser un formato barato de producir permite más libertad a los autores. Hay cosas increíblemente arriesgadas y originales en la novela gráfica. Y la imagen ilustrada puede ser muy expresiva. Se juntan dos lenguajes muy potentes al servicio de una historia y me parece que el dibujo tiene infinidad de posibilidades narrativas aún por explorar.
¿Cuál es su próximo reto literario?
Ahora estoy escribiendo un largometraje y para verano participaré en la escritura de un cuento colectivo guiado por mí. No puedo dar muchas pistas sobre estos proyectos, pero sí puedo decir que estoy muy entusiasmada con ambos.
Irlanda Tambascio «Eire»
Grijalbo
128 páginas
14,90 euros
Empiece a leer el libro [3]
Adelaida, una joven urbanita freelance y gatófila, se pasa horas y horas delante del ordenador. Adicta al trabajo y también a las redes sociales, le cuesta despegarse de la pantalla. Por suerte cuenta con la compañía de su gato Coco, que intenta desengancharla llamando su atención. Será por eso que Adelaida soporta esos momentos en que, como todo amante de los gatos sabe, el felino se vuelve el rey de la casa.
Los maullidos incesantes, los arañazos, los mordiscos, incluso, las bolas de pelo rodando por el salón… Todo se vuelve insignificante cuando Adelaida entra en una crisis existencial y se siente más marchita que una planta sin regar en verano. Una vez más será Coco quien la saque de ese ovillo de pensamientos. Qué mejor actitud zen que la de un gato. Porque ¿acaso conocéis algún gato que se coma mucho el tarro?