El Museo de Arte Abstracto Español(Cuenca) exhibe hasta el próximo 10 de febrero la exposición Goya: Caprichos y disparates. Con 102 estampas, esta muestra presenta las series completas de los Caprichos (80 grabados, 3ª edición de 1868) y de los Disparates (22 grabados, 18 de ellos de la sexta edición, de 1916, y 4 adicionales de la primera edición, de 1877) pertenecientes a la colección de obra gráfica del pintor de la Fundación Juan March.
Los Caprichos fue la primera colección de grabados preparada por Goya para ser vendida como conjunto. Probablemente su génesis fue lenta y ha de verse ligada a la crisis de su enfermedad desde 1792, que le hizo refugiarse en sí mismo y dar libertad al «capricho y a la invención». En estos grabados, la realidad queda atrapada en lo que tiene de más singular, de más incisivo, de más irracional, de más difícilmente reductible a razón o a arquetipo.
El contenido de las estampas, tan singular, se consideró mordiente y peligroso en su tiempo. Debajo de estas generalizaciones abstractas, sus contemporáneos veían, seguramente con razón, acusaciones más concretas, doblemente sospechosas en los años en la que en la vecina Francia se vivían las conmociones de la Revolución.
Difícil interpretación
Los Proverbios, Disparates o Sueños constituyen la serie de grabados más difícil de interpretar. Obra de la vejez del maestro, parece ser inmediatamente posterior a la Tauromaquia, de un ambiente espiritual próximo al de las Pinturas Negras y, como éstas, cabe fecharlas en torno a 1819-1823. Algunas pruebas llevan inscripciones autógrafas, según parece del mismo Goya, que las titulaba Disparates, lo que ha permitido generalizar esta denominación, adecuada a aquello que se suele presentar como extremadamente absurdo e irracional.
Desde la atmósfera de cerrado pesimismo que vive el viejo Goya en los años de la restauración absolutista, parece evidente que una interpretación general de la serie ha de intentarse por la vía del tema clásico del absurdo de la existencia, de lo feroz de las fuerzas del mal, del reinado de la hipocresía o del fatal triunfo de la vejez, el dolor y la muerte sobre la vida humana.