TEA, Tenerife Espacio de las Artes presenta desde hoy viernes, 30 de noviembre, Piel de gallina, la segunda exposición de Regina José Galindo (Guatemala, 1974) en un museo español, tras su paso por ARTIUM (Vitoria) y tras haber visitado instituciones de todo el mundo y ser considerada una de las artistas de mayor renombre en el ámbito de la performance. Ademas, esta misma tarde, a las 20.00 h, Galindo estrenará a nivel mundial su performance Necromonas, dedicada al olor de la muerte.
Las acciones de Galindo se materializan en un corpus artístico multidisciplinar, a través de vídeos, fotografías, instalaciones y objetos escultóricos, y su trabajo ha sido reconocido a través de numeras menciones y premios, especialmente el prestigioso León de Oro de la Bienal de Venecia en 2005.
Piel de gallina está integrada por fotografías, vídeos y objetos relacionados con una treintena de performances realizadas desde el inicio en 1999 de la trayectoria artística de la creadora guatemalteca. En estas acciones, cargadas de extraordinario simbolismo, Galindo perturba y emociona al observador al someter a su cuerpo a situaciones extremas como reflejo de una realidad social dominada por el abuso y la injusticia. En esta exposición presenta vídeos y fotografías de sus performances desde 1999, junto con objetos, algunos de ellos con carácter escultórico, como rastros de acciones y fetiches de un duelo constante. Además, en los muros pueden leerse algunos de sus poemas.
Carga alegórica
Sin embargo, en su trabajo no existe la pretensión de aleccionar al espectador. Se trata de escenas extremas, y sin embargo cargadas de poesía, que desde una realidad local, la de Guatemala, componen metáforas del sufrimiento y de la injusticia social en un ámbito global. La emoción que despierta en el observador, esa «alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática», esa «piel de gallina», no hace sino potenciar su carga alegórica.
La exposición se organiza en cinco espacios diferenciados. En el primero de ellos, la enunciación es el vehículo para expresar los conceptos y la palabra es la protagonista de la obra. Comienza con el vídeo de su primera performance, Lo voy a gritar al viento (1999), en la que, colgada de un edificio público lee sus poemas, y concluye con el de Perra (2005), en el que escribe esta palabra sobre uno de sus muslos como denuncia de los ataques contra mujeres en Guatemala, donde aparecían cuerpos torturados y con inscripciones hechas a cuchillo. El cielo llora tanto que debería ser mujer(1999), El dolor en un pañuelo (1999) y No perdemos nada con nacer (2000) son performances cuyos vídeos se proyectan en este ámbito.
Cuerpo desdoblado
En el segundo espacio, Regina Galindo se muestra al espectador como un cuerpo desdoblado, colocado en la piel del otro, del que sufre o está sometido a la injusticia. Aquí se presentan registros de performances como Mientras, ellos siguen libres (2007), en la que, embarazada de ocho meses, la artista permaneció tumbada y atada a una cama como en los relatos de las mujeres indígenas embarazadas violadas durante el conflicto armado de Guatemala en los años 70 y 80, en los que se produjo un auténtico genocidio indígena. En Recorte por la línea (2005), un cotizado cirujano plástico marca sobre el cuerpo de la artista las áreas que deberían ser intervenidas para tener un cuerpo perfecto según los cánones estéticos de la sociedad occidental. Lucha (2002) y Angelina (2001) son performances presentes en esta área de la exposición.
El tercer ámbito de Piel de gallina es el de la melancolía y duelo; en él pueden verse las obras quizás más descarnadas, aquellas en las que se explicitan situaciones de tortura que remiten al sufrimiento y la muerte de otros. En Confesión (2007), la artista se somete al conocido como «submarino», una práctica en la que la cabeza de la víctima es sumergida en un líquido para provocar el efecto del ahogamiento. En 150.000 voltios (2007), Galindo recibe una descarga de un dispositivo eléctrico utilizado por la policía guatemalteca para detener sospechosos. Cepo (2007), Peso (2006) y Limpieza social (2006) están también en esta estancia.
¿Quién puede borrar las huellas?
Hay en Piel de gallina un espacio central en el que la artista construye una ficción sobre la Bienal de Venecia, para la que ha sido seleccionada cuatro veces y en la que, en 2005, ganó el prestigioso León de Oro. Una reproducción del galardón, en el centro del espacio, articula la ubicación de obras contundentes como ¿Quién puede borrar las huellas? (2003), performance en la que recorre la distancia entre la Corte de Constitucionalidad y el Palacio Nacional de Guatemala descalza y dejando un rastro de huellas de sangre en memoria de las víctimas del conflicto interno y como denuncia de la candidatura presidencial del genocida y golpista Efraín Ríos Montt. O Golpes (2005), en la que, encerrada en un pequeño cubículo la artista se da un golpe por cada una de las mujeres asesinadas en Guatemala entre el 1 de enero y el nueve de junio de 2005. Himenoplastia (2004), Piel (2001) ySaqueo (2010) completan este ámbito, en el que se cuestiona sobre las implicaciones y contradicciones de participar en eventos del tipo de la Bienal de Venecia y el efecto sobre su trayectoria artística.
La exposición concluye en un espacio protagonizado por performances en las que las acciones se transfieren a otros, bien como aquél sobre el que recae directamente la acción, como un personaje más o como un agente sin el que la acción no sucedería. Es el caso de Caparazón (2010), performance en la que la artista se refugia en posición fetal bajo una cúpula transparente blindada mientras una serie de hombres golpean la superficie con palos hasta romperlos. O el de Hermana(2010), en el que una mujer indígena guatemalteca agrede reiteradamente a la artista. Objeto (2010),Punto ciego (2010), Joroba (2010), XX (2007), La conquista (2009) y Marabunta (2012) se encuentran también en este espacio.
Estreno mundial de Necromonas
Este viernes, 30 de noviembre, (20.00 h), Regina José Galindo estrenará a nivel mundial laperformance Necromonas, que ella misma introduce de la siguiente forma: «El olor del ser humano muerto, para el ser humano vivo, penetra más que cualquier pestilencia, porque es el aviso de la muerte cercana. Una señal. El olor se mete por los orificios y nos lleva hacia el hecho irrefutable de una muerte próxima. La de un individuo, un perro, una rata. Está comprobado que algunos insectos emiten una mezcla de sustancias químicas antes de morir, una especie de «olor a muerte» universal. Estas sustancias químicas, llamadas «necromonas», están compuestas por una mezcla de ácidos que son emitidas por los cuerpos antes de morir para indicárselo a los demás miembros de su comunidad. Los animales y seres humanos expelemos un olor a muerte que se desprende en forma de gases cuando el cuerpo empieza a entrar en estado de descomposición. En nuestras sociedades, marcadas por tantos hechos de violencia, la muerte cercana se percibe constantemente. La muerte tiene un olor conocido, familiar. A nivel subjetivo, algunos dicen que pueden «oler» cuando la muerte viene por allí. No el olor de algo muerto que se está descomponiendo, sino un ambiente extraño, una atmósfera que parece rodear lo que está a punto de morir».
Actividades paralelas:
- «La alquimia del fetiche. Prácticas performativas, su registro y museización». Conferencia impartida por Blanca de la Torre, conservadora de ARTIUM y comisaria. Martes, 27 de noviembre. 18.00 h.
- «Palabras, palabras, palabras». Charla con Regina José Galindo. Miércoles, 28 de noviembre. 18.00 h.
- Visita a la exposición Piel de gallina guiada por Regina José Galindo y Blanca de la Torre. Jueves, 29 de noviembre. 18.00 h.
- Estreno mundial de la performance Necromonas de Regina José Galindo. Viernes, 30 de noviembre. 20.00 h.