Más de dieciseis mil personas han visitado en un mes la exposición Durero grabador. Del Gótico al Renacimiento, que abrió sus puertas al público el pasado 7 de febrero en la Biblioteca Nacional de España (BNE, Madrid).
Esta muestra, realizada en colaboración con la Fundación CajaCanarias, profundiza en el genio creativo de uno de los grandes artistas de los siglos XV y XVI a través de 116 estampas, de las cerca de 500 que atesora la colección de la BNE, y seis libros. Una espléndida muestra que, como puntualiza su comisaria, Concha Huidobro, «nos acerca a una parte sustancial de la obra de uno de de los grandes maestros del arte de todos los tiempos».
También se exhiben estampas de los artistas de su época, entre los que se encuentran los pintores más importantes, junto con él, del Renacimiento alemán, como Hans Holbein, Lucas Cranach, Hans Baldung Grien o Albrecht Altdorfer. Así como de grabadores muy populares en su época, como los hermanos Beham, Georg Pencz, Heinrich Aldegrever (del grupo de los Pequeños Maestros), o los artistas que junto con Durero trabajaron para el emperador Maximiliano, entre los que destacó Hans Burgkmair, principal autor del Triunfo de Maximiliano.
Cuatro grandes secciones
La exposición se ha dividido en cuatro grandes secciones. La primera muestra, en 29 obras, un panorama del grabado alemán en la época de Durero (1490-1540), con estampas de los artistas de las diferentes Escuelas: Núremberg, Augsburgo, Basilea, Estrasburgo y Sajonia, junto con el grupo de los Pequeños Maestros, pertenecientes a diversas escuelas. En este panorama se puede observar la calidad del grabado de estos artistas contemporáneos de Durero, que contribuyeron a que está época fuera considerada la Edad de Oro del grabado alemán.
Las secciones de la segunda a la cuarta están dedicadas enteramente a los grabados de Durero, con un total de 93 obras, que se muestran de forma cronológica. En la segunda sección (1490-1498) se muestran las obras que realizó desde sus primeros años como grabador a su culminación como artista gráfico, con el gran libro de El Apocalipsis. Son los años de su aprendizaje en Núremberg con el pintor Wolgemut, su viaje de formación a varias ciudades del Imperio, su boda con Agnes Frey al regresar a Núremberg y su primer viaje a Italia (1494-95), instalando, a su regreso, su taller en su ciudad natal, donde realiza numerosas estampas.
Proporciones y belleza
La tercera sección (1499-1514) muestra las obras en que se advierte la preocupación de Durero por las proporciones de la figura humana y la búsqueda de la belleza, que dan como resultado el famoso buril Adán y Eva, de 1504. Después emprende su segundo viaje a Italia (1505-1507) y, cuando regresa, en sus obras se advierte ese paso del último Gótico al Renacimiento. En esta época hace cuatro series religiosas, tres con xilografías, La Pasión grande, La vida de la Virgen y La Pasión pequeña y otraPasión pequeña con el buril. Además de mostrar otras estampas importantes, de gran calidad técnica, la sección se cierra con las tres obras maestras del buril: El caballero, la muerte y el diablo,La Melancolía y San Jerónimo.
La última sección (1515-1528), muestra, por una parte, los trabajos para el emperador Maximiliano, El Arco Triunfal, el Gran Carro Triunfal y su retrato y, por otra, el famoso Rinoceronte (que se incluye junto con las anteriores obras en el periodo decorativo), varios de sus únicos aguafuertes, importantes retratos y sus últimas obras religiosas. Finalmente se exhiben los tratados de arte ilustrados con xilografías, a los que Durero dedicó los últimos años de su vida.
Durero fallece el 6 de abril de 1528, sin llegar a cumplir los 57 años, legando, además de sus magníficas pinturas, innumerables dibujos, unos cien grabados en metal, más de doscientas xilografías y tres tratados de arte ilustrados, obras que han dejado una inmensa huella en la historia del arte.