El Museu d’Art Modern i Contemporani de Palma, Es Baluard, acoge desde hoy sábado, 13 de abril, una exposición dedicada a la creación escultórica de Llorenç Ginard (Manacor, Mallorca, 1935), un recorrido retrospectivo sobre el medio de expresión que ha definido gran parte de su producción artística.
La dilatada y provechosa trayectoria artística del dibujante, pintor y, por encima de todo, escultor, se ha movido permanentemente entre la lucha y el afecto hacia una materia prima de la que consigue extraer esas formas tan particulares que caracterizan la mayor parte de su obra. Un viaje sin fin, pleno de idas y venidas, de encuentros y desencuentros, que expresa una búsqueda constante, una investigación intensa, que enlaza con su exhaustivo análisis de la forma humana, con una innata capacidad de síntesis y con un desarrollado sentido de la estética.
Ginard ha formado parte de algunas de las propuestas colectivas más interesantes de las que germinaron en Baleares entre los años 60 y 70, siendo un miembro destacado y muy activo del Grup Drac y del Grup Dimecres. Permaneció, sin embargo, relativamente alejado de los circuitos expositivos y comerciales habituales, hecho que no pudo impedir que, desde su propio taller, muchas de sus piezas se fueran incorporando a colecciones particulares de cierta relevancia.
Esencia de la mediterraneidad
Desde sus años de academia, pasando por sus incursiones primerizas, más experimentales, en determinados aspectos de las vanguardias, en el futurismo, el espacialismo o el constructivismo metafísico, hasta llegar a la consolidación de su lenguaje en busca de lo nuestro, de lo que nos define, de la esencia de la mediterraneidad, de su luz y de sus formas, culminada con una evolución posterior de carácter más existencialista, que ha definido, hasta el momento, sus últimas etapas creativas; todas ellas manifiestan la vitalidad y la incontenible pulsión de este artista empeñado, de una manera decidida, en dar forma a la vida.