El director interpretará en el Teatro Real la Novena Sinfonía de Beethoven al frente de su orquesta, del Coro Titular del Teatro y de los cantantes Camilla Tilling (soprano), Nathalie Stutzmann (contralto), Joseph Kaiser (tenor) y Dmitry Ivashchenko (bajo). Además, la función del día 28 de junio será retransmitida en directo por internet a través del Palco Digital del Teatro Real y por Radio Clásica, de Radio Nacional de España.
El programa del 29 de junio y el 1 de julio, tanto en el Auditorio Nacional como en el Palau, lo conforman el Requiem de Gabriel Fauré, que la Filarmónica berlinesa interpretará en Madrid con el Orferón Donostiarra, y en Barcelona con el Orfeo Catalá, y la Segunda Sinfonía de Robert Schumann. El 30 de junio, en el Auditorio Nacional, incluirá obras de Mahler, Berg y Mozart.
Intento frustrado
La idea original era ofrecer la ópera de La Flauta Mágica de Mozart, pero la crisis se la llevó por delante y finalmente se acordó esta especie de residencia.
«Gerard Mortier y yo estuvimos pensando qué programa ofrecer a un público que esperaba ver La Flauta Mágica y que a su vez integrase al coro. La respuesta más lógica que encontramos fue la Novena Sinfonía de Beethoven, que igual que la ópera de Mozart también habla de hermandad y que cada vez va haciéndose más luminosa hasta que se abre hasta el cielo», afirma el director británico. Así fue como se les ocurrió también proyectar el concierto con pantallas gigantes hacia el exterior.
Rattle confiesa, además, que en el primer ensayo con el Coro pudo confirmar que todo lo que le habían dicho sobre él era verdad y «sus maravillosas voces profesionales se unen al entusiasmo extraordinario de los coros de aficionados». Finalmente cree que han logrado un programa muy especial que, además, «es una oportunidad para encontrar viejos amigos». Sin embargo, a pesar de todo siente no haber dirigido nunca ópera en el Real, «pero la vida es larga».
Época de crisis
Sobre la situación actual de la cultura, Rattle considera que «es realmente desesperada y que se está extendiendo por diferentes países de Europa». Además ha querido mostrar su más profundo respeto al Teatro Real por todo lo que está haciendo a pesar de las circunstancias. «Hacen falta muchos años para que una institución goce de gran prosperidad y basta muy poco para que se desmorone, sin embargo, mi más absoluto respeto por todo lo que se está haciendo aquí», señala.
Para Rattle el Teatro Real ha sido «increíblemente honesto y generoso» con ellos. Querían hacer tres óperas durante tres años, pero ante la situación económica les dijeron abiertamente que no podía ser y llegaron a este acuerdo.
El director considera que hay que plantearse si va a haber trabajo para tantos artistas de calidad en un futuro. Según su opinión, la tendencia indica que la Filarmónica tiende a la diversidad de nacionalidades y en la actualidad cuenta con 27. Sin embargo, no es lo que se busca, más bien «queremos músicos que aporten algo personal y peculiar. Eso es lo realmente difícil de conseguir».
Tiempo en la Filarmónica
El director británico tiene previsto dejar la Filarmónica de Berlín en el año 2018 y asegura que esta decisión no tiene nada que ver con la salida de la orquesta del Festival de Salzburgo.
«No soy el presidente de Estados Unidos y cuando acabe mi contrato llevaré en Berlín lo que equivaldría a cuatro legislaturas presidenciales y tendré 64 años. De los sitios hay que saber cuando irse. Por supuesto voy a echar muchísimo de menos a la orquesta, pero es mejor irse pronto que tarde», explica el director.
Su relación con la orquesta es «muy similar a una relación familiar», y de hecho, para él no podría ser de otra manera: «Es un grupo de músicos excelentes y no van a trabajar como un servicio o una obligación, van a dar lo mejor de sí y eso se traduce en que lo que tocan es música viva».