Philip-Lorca diCorcia ha visto su obra convertida en un icono cultural. Su visión consiste en la concepción de la imagen como un medio ficticio capaz de generar, a través de composiciones sencillas, realidades complejas.
La creación de los espacios públicos de diCorcia se caracteriza por dotar de cotidianidad cualquier aspecto que retrata, pero otorgándole una fuerza plástica y teatralidad que relaciona sus imágenes con fotogramas extraídos de alguna película.
Las personas a quienes inmortaliza parecen encontrarse en situaciones límites. Así, en su obra se dan cita vagabundos, transeúntes, profesionales uniformados y gente común, todos ellos con un aura de rutina y singularidad al mismo tiempo que convierten sus rostros en las claves de un complejo estudio de las personalidades cotidianas.
El Centro de Arte Alcobendas inaugurará una exposición monográfica del artista en abril de 2014.