«Cuando el fotógrafo nos mostró las imágenes de mujeres que había retratado en distintos países y las historias que había detrás de esos rostros, enseguida pensamos en la necesidad de contarlo y hacer algo juntos», afirma Maricela Daniel, representante de ACNUR en España.
Persecución por género
De los más de 45 millones de personas refugiadas y desplazadas en el mundo, el 80% son mujeres y niños. Miles de ellas sufren a diario persecución por motivos de género, que pueden revestir distintas formas, como el matrimonio forzoso, los crímenes de honor, la mutilación genital, la trata con fines de explotación, la violencia y la esclavitud sexual como arma de guerra, la violencia doméstica, la violencia por orientación o identidad sexual, entre otras.
ACNUR aboga por el reconocimiento como refugiadas de las mujeres y niñas que han sufrido o tienen un fundado temor de persecución por estos motivos y que necesitan protección internacional.
A la presentación de esta exposición acudió Esma Kucukalic, periodista y ex refugiada de Bosnia y una de las mujeres protagonistas de esta exposición. Kucukalic destacó cómo en situaciones de conflicto se producen todo tipo de violaciones y las mujeres se convierten en un colectivo especialmente vulnerable. «En mi país la violencia sexual se utilizó de forma sistemática como arma de guerra y con el objetivo de humillar y llevar a cabo una `limpieza étnica’», explicó esta antigua refugiada que llegó a España en 1992 con su madre y su hermana, huyendo de una guerra que provocó en la región de los Balcanes el desplazamiento forzoso de más de dos millones de personas.
Es precisamente a raíz del conflicto en la antigua Yugoslavia cuando el Tribunal Penal Internacional reconoce la violación como un crimen de lesa humanidad junto con otros delitos como la tortura o el exterminio. Lamentablemente, estas mismas atrocidades se cometerían en Ruanda dos años después.
Responsabilidad de todos
Por su parte, el reportero gráfico Francisco Magallón, que desde 1983 ha viajado por distintos países en conflicto y ha colaborado con ACNUR y con varias ONG en actividades de sensibilización, quiso destacar que el título de la exposición –Mujer, todos somos una– «apela a la responsabilidad que tenemos todos –hombres y mujeres– de cambiar la predominante visión androcéntrica, que conlleva la invisibilidad de las mujeres, la negación de sus derechos y la ocultación de sus aportaciones, siendo ellas el pilar y el motor de sus familias y comunidades».
«Cuando veo los retratos de estas mujeres colgados en la pared, siento la satisfacción de la promesa cumplida», dijo Magallón visiblemente contento de poder dar de esta forma voz a cientos de mujeres y de historias que con su cámara ha captado a lo largo de su vida.