El cine pronto se sintió atraído por la zarzuela, no sólo por que su gran atractivo popular suponía un éxito comercial predecible en su adaptación a la pantalla sino porque la zarzuela suministraba al productor cinematográfico tanto un argumento como un acompañamiento musical de primer orden. Los propios músicos y libretistas, lejos de considerar que sus obras podrían ser manipuladas y desvalorizadas, se sintieron atraídos por el nuevo medio.

Así, cuando el director José Buchs decide llevar a la pantalla en 1921 La verbena de la Paloma recibe el apoyo de su compositor Tomás Bretón, que acepta trabajar en la adaptación para la música de acompañamiento de la película muda, componiendo incluso nuevos pasajes.

La otra versión cinematográfica de La verbena de la Paloma, esta vez sonora, dirigida en 1935 por Benito Perojo, está considerada como una de las grandes películas de la Historia del cine español. Una película que nos hace disfrutar de la obra original permitiéndonos dar un salto en el tiempo para ver cómo se representaba esta obra en el pasado. Con ella, como dice Luciano Berriatúa, historiador y miembro de la Asociación Española de Historiadores de Cine, «comprendemos que el cine de zarzuelas constituye un auténtico y legítimo cine musical español equivalente al musical americano basado a su vez en las obras de los teatros de Broadway».

Todas las proyecciones tienen entrada libre hasta completar aforo.