La selección que hasta mediados de enero podrá visitarse en la nueva galería murciana es un testimonio de la voz madura de Naranjo, bien curtido en el mundo de las artes plásticas, que presenta dibujos y grabados donde lo ordinario, representado en ocasiones en sus seres queridos, remite a figuras y elementos trascendentales. Así, su Inés y la creación resulta una bella alegoría de La creación de Adán. Entre tumbonas de playa y ambiente vacacional, el lienzo muestra el poder, casi bíblico, de lo verdadero y lo real.
El pintor extremeño presenta un mundo detallado y perfecto, pero siempre con un halo de misterio, una capa onírica de la que nunca se desprende. Una obra que navega entre el sueño y la vigilia, en esa extraña frontera en la que uno no es consciente de si está soñando o despierto.