Asentados desde hace milenios en un laberinto de manglares impenetrables y zonas anegadas de los bosques pantanosos del Delta del Orinoco, los Warao sobreviven en medio de una pérdida de identidad cultural y de una altísima mortandad debido a enfermedades como el sida y la tuberculosis.
Mundo sobrenatural
Antes de que los conquistadores españoles llegaran al Delta del Orinoco, éste estaba poblado por extrañas y poderosas fuerzas llamadas hebus. Los chamanes estaban considerados los mediadores entre el mundo sobrenatural y el de los humanos pero no eran los únicos, los Tida-Wena tambié disfrutaban de una consideración especial. En la actualidad, pequeñas comunidades warao subsisten aisladas, de la misma manera que lo hicieron sus antepasados.
Allí aún es posible vislumbrar por un segundo aquel mundo regido por espíritus antes de que desaparezca del todo. La pervivencia de ciertos ritos y la inclusión de la comunidad transgénero en la sociedad warao quizá sean los últimos vestigios de estas tradiciones precolombinas, nunca antes documentadas visualmente.