Dos parejas (una joven y otra que ya no lo es tanto) coinciden en el hotel de un país extranjero, en el que se ha producido un estallido de violencia. Durante tres días se verán obligadas a quedarse recluidas en él, ya que se han extremado las medidas de seguridad en la zona. Este encuentro pondrá de manifiesto los frágiles equilibrios de cuatro existencias que se ven condenadas a una espiral de mentiras y traiciones.
Josep Maria Miró lleva a los escenarios su texto, una pieza en la que las identidades de sus protagonistas pasan por una redefinición forzosa. El contraste entre el conflicto exterior y el interior se hace cada vez más patente, cobrando más importancia por momentos el segundo. Ninguno de los personajes tiene muy claro hacia dónde irá la revuelta que hay fuera, pero tampoco la que se ha iniciado entre ellos, aún más violenta.
Las relaciones de pareja como revueltas. El otro como enemigo a batir. Los secretos como metralla. La cara más oscura del amor que, como todo buen folleto turístico, todos se molestan en ocultar.