Escrita por Sandra García Nieto y dirigida por Rubén Cano, esta obra analiza los factores que influyen en cómo se conforma cada persona. ¿Qué nos hace ser como somos? ¿La genética, la sociedad, la familia, la religión, nuestros valores morales o tal vez… la hipocresía?
Cuestión de altura profundiza en esta cuestión, mostrando al espectador la imagen arquetípica del ciudadano modelo de la actualidad. Un drama con guiños cómicos que dejará al espectador con un ligero sabor agridulce.
En el espejo
Interpretada por Tomás Pozzi y Martiño Rivas, la obra demuestra que no siempre el éxito externo hace feliz a las personas, por lo que, quizás, cada persona no es una sino tres: la que él mismo quiere ser, la que los demás creen que es y la que es en realidad.
Lo que enseña Cuestión de altura es a mirarse en el espejo, sin engaños, aunque sí con distorsiones. El que consiga mirarse fijamente y reflexionar, descubriá su propio rostro, lo que de verdad es, más allá de la pura imagen. Esto es a lo que se ve abocado el protagonista de la obra, tiene que descubrirse en su reflejo, y debe decidir si quiere encontrarse a solas consigo mismo.
Joven director
Rubén Cano cuenta con una larga experiencia en el mundo de las artes escénicas. Debutó como director de escena en 2010 con De Miguel a Miguel, basado en la vida y obra de Miguel Hernandez. Su último trabajo, Punto Muerto, se pudo ver en la pasada edición del Festival Fringe13 y también en el mes de noviembre en el Círculo Bellas Artes con una gran acogida de público. Comparte su labor profesional en el campo de la dirección y producción teatral con la docencia, impartiendo clases en el Estudio Corazza para el Actor y el Centro de Tecnología del Espectáculo. Como dramaturgo su primera obra terminada es 01 0110”, escrita en el año 2012.