A mediados del siglo XVI, y gracias a María de Hungría, hermana de Carlos V y gobernadora de los Países Bajos, estos personajes pasaron a formar parte de la historia del arte. Esta irrupción se debió al encargo que en 1548 hizo a Tiziano: cuatro grandes lienzos con las Furias como protagonistas que servirían de decoración para su palacio en Binche, a las afueras de Bruselas.
La elección de este tema no fue casual, ya que los cuatro condenados al Hades por desafiar a los dioses servían como analogía de los príncipes alemanes que se habían rebelado contra Carlos V, a quienes éste derrotó en 1547.
A partir de ese momento, las Furias gozaron de notable éxito durante los 150 años posteriores. Su significado iba más allá del político. En los Países Bajos e Italia, el tema fue idóneo para transmitir la dificultad en el mundo del arte, al mostrar a figuras desnudas con fuerte musculatura en complicados escorzos, así como para representar el dolor extremo.
Nacimiento, evolución y ocaso
El objetivo de la exposición es mostrar el nacimiento, evolución y ocaso de este tema en el arte europeo entre 1550 y 1700 a través de una veintena de obras de artistas italianos, flamencos, holandeses y españoles, entre los que figuran el citado Tiziano, Miguel Ángel, Cornelis van Haarlem, Rubens, Ribera, Salvator Rossa o Langhetti.
Las diversas obras se distribuyen en torno a una copia del Laoconte, exemplum doloris por excelencia y fuente de inspiración declarada de la mayoría de estos artistas. Una de los grandes préstamos para esta muestra es Prometeo encadenado, lienzo de Rubens y Snyders. La obra, propiedad del Philadelphia Museum of Art, puede ser contemplada en la sala 28 del edificio Villanueva hasta su instalación en Las Furias.
La exposición ha sido comisariada por Miguel Falomir, jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa del Museo y autor del catálogo que la acompaña.