Almalé y Bondía centran su obra en el paisaje. Mediante la fotografía y el vídeo, los artistas intentan comprender la condición humana que lleva a limitar el territorio y a introducir fronteras, como ya hicieron con su primer proyecto, Paraíso transformado.
En esta reinvención de su particular visión del paisaje han regresado a sus comienzos, cuando caligrafiaron con zarzas las palabras básicas: acqua, caos y límite. A lo largo de estos años el trabajo de estos dos artistas ha ido evolucionando, aunque sin apenas modificar el objetivo que anima sus obras.
Infranqueable
El proyecto Infranqueable se divide en dos actos. El primero está situado en el paisaje que delimita y señala la frontera entre España y Francia. Con él tratan de evidenciar la incertidumbre contemporánea mediante el encuentro dispar de imágenes en un territorio extraordinariamente frágil e inquietante.
En el segundo acto, Almalé y Bondía pensaron en el límite, un concepto ambiguo que separa un estado de otro, el punto o momento que señala la separación entre dos cosas, en sentido físico o inmaterial, pero también es el umbral de una puerta.
Los artistas se trasladan a un paisaje barrera localizado en la Sierra de Alcubierre, provincia de Huesca, donde la historia sitúa el ataque francés durante el Segundo Sitio de la Guerra de la Independencia. Delante de aquellas colinas en forma de herradura, con cimas planas y laderas muy empinadas que descienden hacia inmensos barrancos, donde no crece nada, excepto brezos, hierbas, romero silvestre y arbustos achaparrados, sitúan Almalé y Bondía las puertas que contagian y camuflan de paisaje para sentir el sabor de lo invisible.
Además de las fotografías, la exposición se completa con un vídeo titulado En la Frontera de la memoria.