Comisariada por Gonzalo Fanjul, especialista en políticas de desarrollo, Justicia alimentaria da voz a los pequeños productores de los países pobres a través de 30 fotografías de Pep Bonet, segundo premio World Press Photo 2009 y primer premio FotoPress 2003, realizadas en comunidades rurales de Bolivia y Tanzania, y de audiovisuales cargados de testimonios.
Estos pequeños productores padecen especialmente la pobreza y el hambre, pero a la vez son una solución necesaria para el futuro de la alimentación en el planeta. Sus historias muestran lo mucho que se puede hacer con poco: organizarse para exigir precios más justos, construir almacenes que permitan conservar el grano, diversificar los cultivos aprovechando variedades locales, mejorar las técnicas de riego, etc.
Desnutrición y obesidad
El mundo produce lo suficiente para dar de comer a todo el planeta y, sin embargo, 870 millones de seres humanos pasan hambre, mientras que otros 1.000 millones padecen diferentes formas de obesidad. Más de un cuarto de la comida que se produce acaba en la basura, debido a un modelo de consumo basado en el derroche y en las exigencias caprichosas.
En muchos casos, el sistema alimentario exprime los recursos naturales hasta agotarlos: un ciudadano occidental consume, de media, la misma energía, agua o alimentos que aproximadamente 10 asiáticos o africanos.