Los ciudadanos de Pekín pueden descubrir la obra cumbre del grabado del siglo XX a través del trabajo del pintor español más universal. La muestra, que está compuesta por 100 obras de las Colecciones del Instituto de Crédito Oficial (ICO), se ha convertido en la gran embajadora del arte español, recorriendo desde 1992 ciudades como Santo Domingo, Washington, El Salvador, Kiev y Tokio.

Entre septiembre de 1930 y junio de 1936, Pablo Ruiz Picasso realizó una serie de grabados compuesta de 97 obras, a las que se unieron, en 1937, tres retratos de Ambroise Vollard, marchante de arte y amigo personal del pintor malagueño desde 1901, que da nombre a la serie y a la exposición.

En plena madurez

La Suite Vollard es el resultado de momentos intensamente creativos del artista. Los años 30 son su periodo de plena madurez; tras pasar por diferentes estilos, y habiendo indagado y desarrollado el cubismo, estaba familiarizado con todos los lenguajes y técnicas artísticas. La seguridad creativa le permitió apartarse de las tendencias de vanguardia y volver a modelos clásicos de expresión, decisión que le valió críticas de amigos y artistas inmersos en corrientes más renovadoras.

La muestra se articula en torno a varios temas: el taller del escultor, el Minotauro, Rembrandt y la batalla del amor. Esta variedad, la amplitud del periodo de creación y las técnicas de grabado empleadas –punta seca, buril, aguafuerte y aguatinta– permiten infinitas combinaciones de exposición de la serie.

Organizada conjuntamente con la Embajada de España en China, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y con el apoyo de la Fundación Banco Santander, la exposición conmemora el 40 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España y China.