Premios VIDA, el lado más vivo de la tecnología

Los Premios VIDA –con 200 obras premiadas y casi 2.000 proyectos presentados en sus 15 años de historia– ofrecen una amplia muestra de la evolución del discurso arte-vida, profundamente marcado por las ciencias de la vida y por los avances en los ámbitos de la robótica, la informática y las telecomunicaciones. Una de las iniciativas pioneras dedicadas a las manifestaciones emergentes del arte y vida artificial.

Para celebrar esta efeméride se han organizado en el Espacio Fundación Telefónica la exposición Premios VIDA 15.0; el ciclo de conferencias ‘Arte con Ciencia’ y talleres para todos los públicos. Esta XV edición quiere, además, dar un nuevo paso adelante y apostar por la divulgación, con la meta de acercarse al público general.

La muestra incluye los tres primeros premios, el premio del público y los dos premios de Incentivos, entre ellos el de I+D, de nueva creación. Además se proyecta un documental divulgativo, dirigido por el cineasta José Luis López Linares, sobre la historia de vida artificial y su vinculación a los Premios VIDA.

Una escultura que explora los límites de la percepción humana; una investigación científica ficticia contada como si fuese el más riguroso de los trabajos y un material artifical que se transforma según las fuerzas magnéticas, electroestáticas y gravitacionales han sido los galardonados en VIDA 15.0, una convocatoria que aúna ciencia, tecnología, sociedad y pensamiento en una excepcional propuesta innovadora.

Innovación y reflexión

La alemana Kerstin Ergenzinger consiguió el primer premio gracias a su trabajo Rotes Rauschen (Ruido rojo), una escultura interactiva que canaliza las vibraciones y temblores que resultan imperceptibles para el ser humano, como la vibración del edificio o el propio movimiento de la tierra, traduciéndolo en temblores y zumbidos que llegan al visitante. Con esta obra, Ergenzinger pone de manifiesto los límites del ser humano pero también la posibilidad de emplear la tecnología para llegar más allá.

El segundo premio también ha recaído sobre una artista alemana. Moon Goose Analogue. Lunar Migration Bird Facility es el trabajo de Agnes Meyer-Brandis, una historia totalmente inventada sobre unos gansos enviados a la Luna que se presenta al visitante como un detallado proyecto de investigación científica. Meyer-Brandis reflexiona sobre las estrategias de narración que se usan para presentar y justificar la investigación.

El surcoreano Yunchul Kim se ha alzado con el tercer galardón gracias a Effulge, la creación de un material fluido sensible a distintos procesos y desarrollado en su propio laboratorio que utiliza para crear instalaciones, esculturas dinámicas e imágenes en movimiento.

El premio del público ha sido para The Center of Genomic Gastronomy de Catherine Kramer y Zackery Denfeld. La elección de esta obra se realizó a través de Facebook. Las candidatas eran las siete menciones de honor en la cateogría de ‘Proyectos finalizados’. Con su propuesta invitan a comprender mejor cómo funciona la alimentación en el contexto de la cultura actual, de las nuevas tecnologías y de la ecología.

La XV edición de los Premios VIDA suma otra novedad: el Premio I+D de Incentivos a la Producción. Desde Brasil, Thiago Hersan y Radamés Ajna han conseguido este galardón. Su proyecto memememe ha recibido el apoyo de un equipo de expertos en investigación, desarrollo e innovación de Telefónica y han llevado a cabo una estancia en Barcelona. Su proyecto consiste en una estructura gracias a la cual varios teléfonos móviles pueden comunicarse entre sí de la misma forma en la que pueden hacerlo los seres humanos.